Crítica
Título debut del joven veinteañero Christopher Paolini, en el que se aprecia que los miles de volúmenes leídos y las películas vistas, en especial “Star Wars”, desde su temprana niñez, han hecho efecto en su deslustrada narración englobada dentro de la literatura de aventuras fantáticas.
Se significa por ser un texto al alcance de todos los públicos.
La creación de un muestrario variado de personajes que consigan interesar al lector, la elaboración de una funcional y extensa historia con las constantes clásicas de conocidas por todos los amantes del género, y el talento suficiente para que la narración no decaiga demasiado, ofrece en conjunto un refrito derivativo de diversos universos previamente vividos con mayor entusiasmo en otras obras anteriores, en especial en los libros de J. R. R. Tolkien y Anne McCaffrey.
A lo largo del libro, proyectado por Paolini como la primera parte de una ambiciosa trilogía a la que denomina “El Legado”, penetramos en el reino de Alagaesia, lugar en el que el adolescente Eragon es un joven de quince años cuya vida cambia para liderar la lucha contra el malvado rey Galbatorix.
Todo iniciado cuando nuestro joven héroe encuentra una piedra de color azul en el bosque que termina convirtiéndose en un dragón.
“Eragon” harán pasar un rato ameno a los aficionados menos exigentes pero los que busquen más allá de la aventura plana y los estereotipos poco hallarán en este volumen.
No obstante, siendo la obra de un neófito muy joven, esperemos que Paolini mejore en próximas entregas madurando el texto y la narración en todos sus elementos, mejorando el perfil de los personajes, puliendo los pasajes descriptivos, y estimulando la imaginación más allá de sus claras ascendencias, que le devoran incluso en las similitudes en nombres, para un ejempo valga Eragon=Aragorn.