Tras una tormenta y un naufragio, Robinsón Crusoe tendrá que aprender a sobrevivir en solitario en una isla desierta.

Todo un clásico de aventuras escrito por Daniel Defoe inspirado en la historia real de Alexander Selkirk.

En el libro el hombre se enfrenta a su propia esencia natural, exprime su capacidad de aprendizaje, desarrolla su instinto de supervivencia y establece un miramiento a la substancia civilizada de su existencia.

Leamos un fragmento:




Nací en el año 1632 en la ciudad de York, de buena familia, aunque no procedente de ese país, porque mi padre era un extranjero de Bremen que se había establecido primero en Hull…..
Tenía dos hermanos mayores, uno de los cuales, teniente coronel del regimiento de infantería inglés en Flances, que antes había mandado el célebre coronel Lockhart, falleció en la batalla de Dunkerque contra los españoles…….
….Estando un día en Hull, a donde había ido por casualidad y sin ninguna intención de fugarme. Estando allí, como digo, junto a uno de mis compañeros preparándose para embarcar hacia Londres en el barco de su padre y animándome a ir con ellos, con el irresistible atractivo para todo amante del mar de que no iba a costarme nada el pasaje, no consulté más ni a mi padre ni a mi madre, ni siquiera les envié noticia de ello…….
Apenas había zarpado el barco de Humper el viento comenzó a soplar y las olas a elevarse del modo más terrible….no había transcurrido mucho más de un cuarto de hora de que abandonáramos el barco cuando lo vimos hundirse, y entonces comprendí por primera vez lo que significaba que un barco se fuera a pique….