Fernando Arrieta, un oficinista español convertido en millonario tras haberle tocado la lotería, se encuentra de vacaciones en la ciudad de Nueva York.
En la Gran Manzana conoce a Barbara Fulton, magnate hotelera, cinco veces casada y divorciada, con la que inicia un romance tras reprocharle la falta de apetito y después de enviarle a un médico español.
Crítica
Esta fue una de las primeras novelas de humor de Evaristo Acevedo, escritor y periodista madrileño que escribió columnas para La Codorniz, el diario Pueblo o Informaciones.
El libro, publicado en su primera edición en el año 1955, se divide en tres partes: “El Colapso Del Jubilado”, introducción de personajes con acción médico-romántica en Nueva York, “Los Viceliteratos”, con adición de nuevos caracteres en Madrid, y una tercera y corta, “La Internacional Borrachera”.
La más lograda es la segunda parte, con un progresivo absurdo sobe elementos de sátira a la burocracia, el escenario de una oficina bancaria en donde se hace de todo menos trabajar (eso sí, no falta la visita del recaudador de impuestos), y situaciones de farsa en un triángulo romántico-literario con la figura de una mujer fatal.
En la primera se utilizan estereotipos y un primer vínculo entre estadounidense y español, diluido más tarde, con digresiones biográficas ligando personajes y apuntes de tipismo de mediana gracia.
Ahí ya comienza a asomar la sátira de la “desintoxicación burocrática” envuelta en desencanto existencial.
La segunda parte tiene más chispa y enredo, con enfoque agridulce y protagonismo alterno, empleando también aspectos dramáticos sobre la esencia humorística.
Acevedo dispersa un tanto una obra que no carece de ingenio y de observaciones de interés, con buen dominio del lenguaje y la narrativa.
La tercera es casi un epílogo acentuando lo existencial, con un mundo triste, de rutina, y con el fútbol como escapismo… disfrazando la desgracia.