Dirección: Jim Jarmusch.
Intérpretes: John Lurie, Eszter Balint, Richard Edson, Cecillia Stark.
Con guión de Jim Jarmusch (“Paterson”).
Sinopsis
Eva (Eszter Balint) llega a los Estados Unidos desde Hungría con la intención de llegar a casa de su tía (Cecillia Stark) en Cleveland.
Antes, se instala durante un tiempo en el apartamento de su primo Bela, llamado Willie (John Lurie) en los Estados Unidos, que está ubicado en Nueva York.
Crítica
Con este largometraje en blanco y negro, el segundo de su carrera, Jim Jarmusch salió del anonimato y lanzó su carrera internacional.
La película, de bajo presupuesto y con influencias estético-narrativas de la nouvelle vague dentro de la no wave neoyorquina, mezcla el docudrama, la comedia y la road movie en una historia de tres personajes desorientados, que se mueven de urbe en urbe en busca de su paraíso, en busca de identidad.
Seguimos, con escenas breves muertas en fundidos en negro y diálogos parcos, sus modos de buscavidas, su inmersión alienada en la cultura de masas, casi siempre en interiores, sea el coche, un pequeño apartamento, una casa de Cleveland o un motel.
Todo es parecido, todo es similar, en ocasiones suena el “I Put a Spell On You” de Screaming Jay Hawkins en una envoltura artística que se mueve entre Jean-Luc Godard, Robert Bresson, John Cassavetes y Jack Kerouac.
Se estructura en tres partes, “El Nuevo Mundo”, inmigración húngara en busca del sueño americano, “Un Año Después”, a ver qué ha pasado, ¿vamos a Cleveland? ¿me recordará?, y “Paraíso”, por lo menos que haga sol y podamos apostar en el canódromo o en el hipódromo.
La película resulta anecdótica en la exposición de trazos de vida estancada, pero tiene singularidad en la manifestación de sus personajes y peripecias, con destino irónico y algún rasgo absurdo en un tono entre relajado y desolado.
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