Crítica
Supongamos que en una remota población de Sudamérica todos sus habitantes sufren un extraño e incurable mal que los condena a la ceguera. Supongamos que dicha población, debido a un movimiento sísmico, queda aislada del resto del mundo por generaciones tras las cuales un individuo del mundo exterior entra en contacto con ellos.
Con este argumento arranca el relato que iguala en calidad las más famosas novelas de ciencia-ficción del autor, pero que aporta además, un giro novedoso en su narrativa.
Quizá debido a exigencias del género, en otras novelas de H. G. Wells se percibe un cuidadoso tratamiento del desarrollo de la acción, de la recreación de estampas visuales de los mundos imaginados a través de una pormenorizada narración de las mismas. Sin embargo, en este relato, se añadirá el estudio del debate interno del personaje principal. Esta novedad es precisamente el eje principal de toda la obra en detrimento de la acción tan característica en relatos anteriores.
Por otro lado, los seguidores del maestro continuarán disfrutando de su estilo carente de artificio, de sus bellas y, en este caso, oníricas recreaciones, así como del quizá tan pesimista mensaje ya lanzado en obras como “La Máquina Del Tiempo” acerca de la condición humana.