• Por Marta Canacci

jean-rhys-ancho-mar-sargazos-critica-reviewSinopsis

Antoinette Cosway es una niña criolla que reside en Jamaica en el siglo XIX. Tras la abolición de la esclavitud, la hacienda de su familia se ha empobrecido y su madre Annette, viuda, se ha casado con un inglés, el señor Mason.
Cuando unos esclavos emancipados queman la casa de Annette, Pierre, hermano de Antoinette, fallece, afectando a la salud mental de Annette.
Más tarde, Antoinette se casa con el señor Rochester, que llama a su esposa Bertha.
Unas revelaciones por parte de un hombre que afirma ser hermanastro de Antoinette, y las desconfianzas mutuas, resquebrajan el amor entre la pareja. Instalados en Inglaterra, Antoinette cae inmersa en un estado de locura.

Crítica



Esta novela de la escritora Jean Rhys se publicó en el año 1966 como una precuela de “Jane Eyre”, la famosa novela escrita por Charlotte Brontë casi 120 años antes.

En este libro, Rhys se centra en el personaje de Bertha Mason, nacida Antoinette Cosway, y crea situaciones que le conducen a la locura y al aislamiento.

jean-rhys-wide-sargasso-sea-reviewSe estructura en tres partes. La primera desde la perspectiva de la criolla Antoinette en una Jamaica post-colonial.

Nos cuenta la protagonista en primera persona sus avatares familiares, la pérdida de poder y dinero tras el fin de la esclavitud y los choques sociales, familiares y raciales. Iniciación con sentido trágico.

La segunda parte da voz a Edward Rochester, el marido de Antoinette que, azorado por dudas e insidias, provoca la infelicidad creciente del matrimonio y la acentuación de la enajenación de la protagonista, a la que Rochester comienza a llamar Bertha.

En la tercera parte, la más corta, se apuntala el proceso de locura retomando la narrativa en primera persona de Antoinette.

La novela, de corta extensión, está sobrevalorada. La ambientación caribeña (que Rhys conocía bien, ya que nació y vivió su infancia en la Martinica), los motivos de los personajes, las acciones, se transfieren de manera bastante simple y, en ocasiones, forzada, para crear la tragedia.

Lo más interesante son los momentos de monólogo interior que reflejan la intranquilidad, el deterioro mental de la protagonista, los conflictos de identidad. Enrarecen la trama y transmiten el pesar de las emociones.
Es un buen retrato de la génesis de la locura en un contexto exótico, progresivamente oscuro.