• Por Antonio Méndez

juan-carlos-onetti-astillero-sinopsis-criticaSinopsis

Larsen, expropietario de un prostíbulo, retorna tras varios años de exilio a la ciudad de Santa María con la intención de convertirse en dirigente de un astillero abandonado propiedad de Jeremías Petrus, con cuya hija también busca casarse.

Crítica

Admirador tanto de la Biblia, como de Céline, Marcel Proust, Dostoievski, Faulkner, Camus o Cervantes, Juan Carlos Onetti fue uno de los grandes renovadores de la narrativa en español en general e hispanoamericana en particular, evadiéndose del realismo mágico imperante entre los novelistas más populares del continente para trazar historias de corte más universal, expuestas en un tono sombrío y pesimista en la creación de de mundos foscos, opresivos, lastimeros, destiladores de una inquieta angustia vital.




En “El Astillero” (1961), texto ubicado en Santa María, su Yoknapatawpha particular (el citado Faulkner es uno de sus grandes maestros), se muestran sus habituales escenarios deslucidos, utilizados como símbolo psicológico, y la presencia de personajes aislados con un antihéroe ajado que protagoniza un texto de enfoque existencialista que tanto ahonda en la alienación individual o en la incomunicación como en la corrupta sociedad moderna.

El estilo de Onetti es denso y su habilidad para crear ambientes, con gran inventiva en la imaginería, introduce de manera intensa al lector en una historia deprimente en la que poco ocurre más allá de la consecución, estupenda, de esa atmósfera triste y lúgubre… sin esperanza.