• Por Antonio Méndez

katherine nevilel el fuego librosCrítica

Veinte años después del éxito de “El Ocho”, mezcla de intriga con vínculo histórico que se adelantó mucho a la fórmula de Dan Brown y similares, la novelista estadounidense Katherine Neville publicó “El Fuego” (2008), secuela del anterior libro cuyo interés sigue girando en torno al legendario ajedrez de Carlomagno.

El libro intenta repetir las pautas del anterior y enganchar a los seguidores de este subgénero aventurero-fabulador, en especial a los amantes de entretenimientos como “El Ocho”, pero la propuesta naufraga a causa de unos personajes acartonados e inconsistentes (sobran gran parte de ellos) y una trama embarullada (que pretende pasar por compleja una propuesta muy convencional con poco que decir).



Neville se esfuerza en configurar de forma sesuda los escenarios y los aspectos históricos, y alterna distintas épocas temporales con un ritmo bastante cansino (que adocena la acción).

La intensificación de los sucesos no transmiten la urgencia expresada por sus personajes, y el interés de sus destinos y consecuencias se difuminan en el transcurso de la historia hasta llegar a la nada.