Varios cuentos clásicos, como “Cenicienta”, “Los Tres Cerditos”, “Blancanieves” o “Caperucita Roja”, transcritos en verso y desde una transgresora y aviesa perspectiva por parte de Roald Dahl, quien convierte al príncipe de Cenicienta en un cortacabezas y a la propia Cenicienta en esposa de un fabricante de mermelada; a Blancanieves viviendo con un grupo de jockeys aficionados a las apuestas (tema recurrente en muchos de sus relatos); o a una Caperucita Roja de armas tomar que poco tiene que ver con la niña dulce e ingenua de la historia de Charles Perrault.
A pesar del loable esfuerzo de Miguel Azaola en concordar las rimas en español con el tono del original, y como toda expresión poética, siempre resulta mucha mejor opción la de leer el libro en su versión originaria, titulada “Revolting Rhymes”.
Las ilustraciones corren a cargo de Quentin Blake, habitual colaborador de Dahl.