• Por Antonio Méndez

jonathan little libroCrítica

Jonathan Littell, estadounidense de escritura en francés hijo del autor Robert Littell, ganó el premio Goncourt con esta novela centrada en un oficial de las SS que rememora sus vivencias en el negro período nazi.
Juega a caballo ganador, ya que todo lo que rodea al período hitleriano, la Segunda Guerra Mundial y al holocausto parece tener una fácil atracción en un amplio sector de lectores, gustosos de indagar en actitudes y felonías totalitarias de dominación masiva y maquinaria controladora-burocrática, muy comunes en todo el panorama político-ideológico internacional a lo largo del siglo XX, con ecos contemporáneos extremistas de diferentes ideologías pero común perspectiva unidireccional.

La presunta singularidad de esta extensa novela con referencia en el título a Esquilo es proponer un estudio psicológico sobre un personaje implicado en primera persona en tales actitudes a través de una narración testimonial, con la que Littell pretende provocar empatía al acercarnos directamente a los traumas, deseos y querencias del personaje central, Maximilien Aue, un hombre culto que rememora con lujo de detalles sus andanzas como miembro de las SS.

Este sobrevalorado libro posee virtudes, como la perspectiva incisiva del retrato oscuro de tal personaje, la descripción realista de las actividades del período del yugo nacionalsocialista del Tercer Reich, o las cuitas morales y reflexivas en torno a posicionamientos individuales e intelectuales en un contexto bien definido, pero también defectos, como la confusión entre complejidad y profundidad con artificio, y convertir la minuciosidad en el detalle en gratuidades banales de explicaciones sensacionalistas y baratas.

Sobran digresiones y efectismos que expanden, banalizan y atoran la narrativa, convirtiendo en ocasiones las aspiraciones de fresco histórico a lo Tolstoi en un denso Tostón que tampoco es que aporte nada nuevo a la bibliografía sobre el trillado asunto.

Para explorar el nazismo desde perspectivas auténticas de implicados mucho mejor leerse los textos de Primo Levi o las entrevistas de Nuremberg de Leon Goldensohn. También, en campo cinematográfico, no estaría mal echar un vistazo a “Vencedores o Vencidos” de Stanley Kramer y a “El Baile De Los Malditos” de Edward Dmytryk, con Marlon Brando como principal protagonista.

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