• Por Marta Canacci

santiago-lorenzo-asquerosos-criticaSinopsis

Manuel, un muchacho de Madrid, decide huir a un pueblo abandonado, al que llama Zarzahuriel, tras agredir a un policía antidisturbios. Su único contacto personal será con su tío por teléfono.

Crítica

Es “Los Asquerosos” una novela de crítica y rabia, un libro que destila más odio que sátira suavizado por acciones de tebeo con protagonismo gamberro.

Santiago Lorenzo narra la historia desde el punto de vista del tío anónimo del protagonista, al que llaman Manuel (ese no es su verdadero nombre), un joven que encuentra en la vida aislada su felicidad, en la soledad su verdadera razón de ser. Es un encomio de la misantropía y de la libertad de elección personal.




El libro, con referencias al “Walden” de Henry David Thoreau o al “Robinson Crusoe” de Daniel Defoe, se inicia casi como un manual de supervivencia o un inventario, pasa por una catarsis antisocial -entre el delito y la travesura- y termina con reflexión sobre esa libertad citada de escoger el propio destino, con pullas constantes a una sociedad llena de tontería, de “mochufas”, gente sin personalidad que se comporta y consume lo que le mandan.

Cae el autor en la loa al primitivismo, a una especie de buen salvaje, en los lugares comunes de crítica social o concepto de civilización; y en contradicción sobre libertad, ya que también la gente tiene derecho a ser mochufa, a participar de “lo que se lleva” si así son felices y no caer en “lo alternativo” solo por ser etiquetado de tal manera.

Aunque los protagonistas no son muy simpáticos, ni lo pretenden, y la historia es mera descripción casi en plan diario, es valorable el ardor de la crítica, de la incorrección política del autor, pues es verdad que parte de la sociedad es intercambiable en su “ridicultura” e idiocia.