• Por Antonio Méndez

almudena-grandes-los-besos-en-el-panCrítica

Almudena Grandes nos lleva en este libro a convertirnos en testigos de vivencias de personajes en crisis… paro, recortes, maltrato, soledad, desigualdad… en un barrio madrileño.

Es un retrato coral, agridulce, que enlaza personajes muy diversos, abordando de manera episódica y con lenguaje sencillo diferentes intrahistorias que manifiestan la escasez en tiempos precarios.



Su tratamiento ligero se acerca más a un guión de teleserie vecinal, llena de clichés y estereotipos, o a un sensiblero anuncio publicitario navideño, que a las fábulas sociales de Frank Capra con el ímpetu individual contra el sistema o contra la actitud apática.

La novela es viva, con dosis de pintoresquismo, pero su acopio de conflictos es superfluo, con humanitarismo de butaca, reduccionismo simple con lugar para la anécdota chisposa, el oportunismo o el efectismo.


El propósito de crónica sobre justicia social a lo Taparelli se construye más sobre mensajes que sobre personajes, siendo su enfoque pueril, infantil, ya que deforma la reivindicación legítima de derechos y libertades ante un régimen de oligarcas, es decir, pseudodemócrata, convirtiendo, quizá sin pretenderlo, al ciudadano en un súbdito, en un producto esclavizado del Estado considerado como un todo, un Estado providencia proclive al desengaño, a la desilusión y a la actitud frustrante de la cultura de la queja.