Dirección: Mary Harron.
Intérpretes: Christian Bale, Willem Dafoe, Chloe Sevigny, Jared Leto.
Años 80. Patrick Bateman (Christian Bale) es un exitoso yuppie obsesionado con la competencia y la perfección material, no en vano utiliza los más caros cosméticos masculinos a su alcance, equipos de gimnasia, solarium y demás maquinaria estética para lograr un cuerpo atlético y bien acicalado identificador material del éxito social.
Amante del sexo con rubias, de la blanquecina coca y de las películas gore y porno, su gran y clandestina afición es la de aniquilar con saña a pobre gente mientras disfruta como telón de fondo con su música favorita.
Transmutar a un psicópata cuyas acciones transcurren dentro de un contexto viciado por coyunturales valores morales y estéticos en un antihéroe cuya vehemente actitud responde contra una pautas que el mismo adopta utilizando su faceta Mr. Hyde como catarsis para mandar un mensaje crítico contra el vacío sistema en el que se mueve, es un recurso facilón para la valoración del escaso contenido de esta adaptación de la novela de Bret Easton Ellis.
La melomanía del susodicho es lo más salvable de este film, gente como New Order, Robert Palmer, Katrina & The Waves, Huey Lewis & The News o Phil Collins resuenan en los aseados oídos del paranoico a lo largo de todo el metraje.
Por lo demás, el contenido tiene escaso valor. La historia no existe, simplemente son una sucesión de viñetas entrelazadas que describen la capacidad de idiotez y sadismo que definen el comportamiento del tal Patrick en un subrayado insoportable.
Su guión es flojo. No se exponen las motivaciones del carácter central. No se establece una conexión clara entre su actividad profesional y los hechos homicidas, aspecto que desvalora la tonta crítica; la película además de sus gigantescas lagunas está mal perfilada y acabada. Los personajes son planos (¿alguién me puede decir que pinta Willem Dafoe en el desarrollo de la acción?) y, para finalizar, la película esta realizada para traspasar un humor cáustico, negro, que en muy pocas veces funciona.
Este pretencioso film está protagonizado en un papel muy agradecido por Christian Bale, el niño de la película de Spielberg “El imperio del sol”, aquí interpretando al “Leatherface” yuppie. Pues vale.
Pablo M. Colindres
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