Sinopsis

España, año 1997.
Tomás Nevinson, marido de Berta Isla, es un antiguo espía hispano-británico que retoma su actividad al ser requerido por su jefe, Tupra, para localizar en una localidad del noroeste de España a una colaboradora del grupo terrorista ETA en los atentados de los años 80.
Nevinson, que adopta la identidad de Miguel Centurión, un profesor de inglés, para detenerla. Los agentes secretos barajan tres nombres: Inés Marzán, Celia Bayo y María Viana. Una de ellas es la terrorista.

Crítica




Javier Marías continuó “Berta Isla” con esta novela que sigue una investigación con fondo negro terrorista y falsa identidad.
Narrada en primera persona (con la tercera cuando se refiere a las acciones de la falsa identidad citada), la historia se sigue con interés, en especial con la llegada del protagonista a la ciudad de noroeste de España (a la que no identifica realmente, sino que llama Ruán), una localidad con niebla, sonido de campanas y río.

El libro comienza con referencias a mujeres asesinadas en la Historia (María Antonieta, Ana Bolena…), referencias cinematográficas (en especial Fritz Lang) y literarias (Reck-Malleczewen, Chateaubriand, William Shakespeare…) para apuntalar el conflicto moral del protagonista con el encargo de matar, y más a una mujer; y si ese objetivo merece o no esa muerte.




La novela, en estos primeros tramos, posee intensidad y resulta interesante, en especial con el juego de “quién será” con tres sospechosas, lo que lleva a conocer también a su contexto.
Marías introduce digresiones de tipo histórico, de crónica criminal, de cine, de literatura, con centro en el terrorismo y sus atrocidades, incluso una en el propio contexto de la investigación: el asesinato de Miguel Ángel Blanco.

La evolución de la trama no tiene tanto interés como en su estupendo inicio. Los personajes se diluyen un tanto en la superficialidad, al igual que el peso del escenario; la relación de amor no transmite demasiado; y la resolución es demasiado cómoda. No obstante, una novela de entidad.