Crítica
Este pequeño libro de relatos cortos, escrito en 1959 y compuesto por cinco títulos (“El Perseguidor”, “Las Armas Secretas”, “Cartas De Mamá”, “Los Buenos Servicios” y “Las Babas Del Diablo”), es una buena muestra de la sugerente capacidad narrativa del argentino Julio Cortázar, quien nos traslada a sus ambientes parisinos con lugar al recuerdo terruño con cetrina ligazón amorosa; intensos olores de café y cigarros Gauloises en atmósferas burguesas; digresiones; singulares vínculos emotivos en ambientes de fiesta y despedidas de ataúdes; o vivencias de un músico de jazz autodestructivo obsesionado por el tiempo.
Seductor en la exposición de detalles físicos y psicológicos, además de ágil en una narración con trazos poéticos, ascendencias surrealistas, brillante empleo de la metáfora… resulta apreciable su oferta en la manifestación de espacio y tiempo, en la exhalación de emociones con lugar al discurso íntimo.
No obstante, el conjunto apunta en direcciones muy interesantes pero en ocasiones su énfasis en el estilo no termina de arrebatar en su destino, siendo los pasajes más destacados del volumen “El Perseguidor” y “Los Buenos Servicios”.
El primero, magnífica pieza con notorio estudio psicológico de personaje, es uno de los mejores textos jamás escritos sobre el mundo del jazz con un retrato incisivo de un sosias de Charlie Parker, el Bird o Yardbird del jazz, fantástico saxofonista; y el segundo se centra en una añosa criada contratada para cuidar perros que termina encontrando el cariño (real o ficticio) en el sitio más insospechado y con el hecho más trivial a pesar de su trascendencia.
Otro de los relatos del libro, “Las Babas Del Diablo”, fue base de la célebre película de Michelangelo Antonioni, “Blow Up”.