• Por Antonio Méndez

leonard-cohen-songs-of-discosAntes de lanzarse como músico, el canadiense Leonard Cohen ya había publicado varios libros de poesía, alguna novela y se había cansado de la urbe para ubicarse en la isla Hidra de Grecia.

En los Estados Unidos se asoció al productor John Simon para grabar en Columbia este magnífico debut de canciones lentas, desnudas, nostálgicas, íntimas, de voz serena, rica imaginería, ahora romántico, más tarde surreal.

El LP se abre con “Suzanne”, la canción más conocida de su discografía. Es un poético tema folk con espacio rural dedicado a Suzanne Verdal, quien te lleva a su hogar cerca del río en donde puedes escuchar las lanchas… está medio loca… La canción contiene referencias a Jesucristo en un ambiente de marinos.

“Master Song” es una encantadora melodía con sutiles arreglos de cuerdas y trémula guitarra eléctrica, enfoque tranquilo, lírico… Maravillosa canción.

Una mujer viajera, invernal, es la protagonista de “Winter Lady”, relajante, delicada pieza folk.

Una de las principales influencias del primer Cohen como cantautor fue Bob Dylan. Tal ascendencia es apreciable en “The Stranger Song”, surrealista y barroca, elegante, melancólica, con sabor español en la guitarra.

“Sisters Of Mercy” narra la historia de dos hermanas autoestopistas que Leonard conoció y que durmieron en su hotel. Es casi una canción de cuna, una tonada de trovador medieval. Excelente.

“So Long, Marianne” es un tema dedicado a Marianne Jensen con recuerdos para su estancia en Hidra. La canción es más rítmica que las previas con mayor presencia de la percusión, coros femeninos acompañando el estribillo y toques country sobre su esencia folk.

“Hey, That’s No Way To Say Goodbye” recuerda un poco a la melodía de “Suzanne”. Es una balada romántica que hace sonar un arpa judía.

En “Stories Of The Street” crea estampas urbanas desde la perspectiva de una ventana de hotel.

“Teachers” es otra de las canciones, junto a “Suzanne”, “Sisters Of Mercy” y “Master Song”, más sobresalientes del álbum con la forma de folk psicodélico-oriental que recuerda a los trabajos coetáneos de Donovan.

El surrealismo, habitual en varias de sus canciones, también se emplea en el texto de la balada folk “One Of Us Cannot Be Wrong”.

Un disco esencial, mágico, que crece con cada escucha.