Crítica
El Premio Planeta seguía acumulando “prestigio” con la selección de sus obras ganadoras: mucha fanfarria en torno al autor o autora y escasa, por lo general y salvo excepciones, calidad literaria, orientando todo a la faceta puramente comercial.
“Un Milagro En Equilibrio” de Lucía Etxebarria cuenta los sentires de Eva Agulló, adicta famosa por un libro sobre adicciones que escribe una carta-diario a su hija recién nacida mientras su madre agoniza en un hospital.
La familia, en especial las relaciones materno-filiales, la vinculación generacional y el propio hecho de la maternidad, son las bases de esta floja novela pseudoepistolar escrita en primera persona a la que le sobran cien páginas en un texto que no va más allá de la futilidad retórica.
Le falta originalidad en asuntos y personajes; le sobra pretenciosidad cuando lo que maneja carece de profundidad; y le falta intensidad, consistencia narrativa y penetración emocional más allá de la diatriba redundante que no va más allá de una pobre mirada coyuntural al mundo femenino y a exponer perogrulladas sociales superadas en el siglo XXI.
No obstante, si el lector, o especialmente, la lectora, pueden sobreponerse (o acostumbrarse) al cargante estilo de la autora, incluso puede que se identifique con la protagonista.