• Por Antonio Méndez

aloha light works review album discoEste grupo de Cleveland comenzó como proyecto de pop experimental pero en esta última entrega parecen despojarse de la experimentación más fatua-pijotera para centrarse en la escritura de piezas de pop atmosférico con tempos sosegados, sutiles armonías vocales y un trabajo mimoso en sus arreglos.

Ofertan temas preciosistas de dominio acústico, con alguna texturas ensoñadora-psicodélica y voces dúctiles y susurrantes. Como una especie de cruce entre el Matthew Sweet más calmo, los Velvet Crush y los aspectos prog-pop de los últimos Wilco.

De lo más destacado del disco es “The End”, hermoso medio tiempo dream-pop acústico destacada por el empleo de la voz aterciopelada del cantante y guitarrista Tony Cavallario.

También es reseñable su apertura, “Body Buzz”, que recoge con calidad (y calidez) una bella melodía con densidad de paisajes sonoros en donde caben las repicantes guitarras acústicas, tenues teclados o las notas de un piano.

Otros cortes del álbum son “Broken Light”, pieza con ecos orientales y pretensiones hipnóticas, o “Trick Spring”, retozo bucólico de cuerdas con base folk-pop, armonías lisérgicas y pasajes de canción de cuna.

Aunque todas las canciones son de muy grata escucha con delicados arreglos, ninguna trasciende demasiado.