• Por Antonio Méndez

Crítica

Después de grabar un disco estimable el año pasado con el proyecto Last Shadow Puppets, Alex Turner volvió al seno de los Arctic Monkeys para editar “Humbug”, un trabajo producido por Josh Homme (Queens Of The Stone Age) y Jack Ford.

Este nuevo álbum, bastante influenciado por el acid rock de Homme, muestra rasgos más psicodélicos que sus trabajos previos con sonidos de revival post-punk, sin perder tampoco estas primeras esencias.

Los textos, crípticos, se centran en gran parte en atracciones sexuales y obsesiones amorosas.

En “My Propeller” la atmósfera es sombría y sus sonidos de rock psicodélico recuerdan tanto a Cream como a los Screaming Trees y a los Doors.

El medio tiempo blues rock lisérgico “Crying Lightning” retiene los tonos siniestros de la pieza inicial con arreglos fantasmagóricos, intensidad en la sección rítmica y una lírica de acerbos recuerdos por parte de un miembro de una pareja rota.

“Dangerous Animals” es un acid rock con trazos funk y post punk sobre deseo y ansia sexual. A destacar la labor de la percusión y las armonías psicodélicas.

“Secret Door” es una balada de sonidos acústicos con escenarios ensoñadores, un híbrido sofisticado entre David Bowie y Morrissey con coros épicos y variantes rítmicas realizadas con suficiente estilo.

“Potion Approaching” es sexual, enérgica, con potente uso de la percusión y diversidad de tempos con fases metaleras y psicodélicas sobre bases rítmicas post punk y riffs Kinks.

La obsesión amorosa de “Fire And The Thud” se muestra a través de una etérea pieza psicodélica con armonías vocales, riffs eléctricos blues y una voz susurrante.

De nuevo otra obsesión femenina, aquí al estilo “Vértigo” hitchcockiano en el cual un hombre quiere convertir a su amante en la mujer perdida, es el tema tratado en “Cornerstone”, un tema de elegante pop producido por James Ford (el grueso del disco está producido por Homme) con Turner con un estilo vocal a lo Morrissey (cuando este imita afectadamente a su idolatrada Sandie Shaw).

“Dance Little Liar” es un corte psicodélico con expresión crooner y de nuevo búsqueda de una atmósfera ensoñadora. La canción es melódica, el trabajo instrumental es soberbio y posee densidad instrumental en un equilibrio en arreglos y producción.

En “Pretty Visitors” emplean el órgano de tubos, batería tipo Keith Moon, riffs hard rock a lo Black Sabbath, ritmos punk y voces estilo coro soviético. No apasiona, pero no está mal la amalgama de sonidos.

El disco termina con “The Jeweller’s Hands”. El texto, de diversa interpretación, parece hablar sobre la importancia de elección y la difícil salida tras una mala opción con simbología de casas de juegos. Con fondo con piano y mandolina, es un medio tiempo que tanto recuerda a la lisergia de los Doors en su tono más oscuro como se acerca al pop orquestal al estilo Walker Brothers.

Ir a la biografía AlohaCriticón de Arctic Monkeys