• Por Antonio Méndez

black-midi-cavalcade-album-criticaCrítica

“Cavalcade” es el segundo disco de Black Midi, un grupo británico, de Londres, que con su debut, titulado “Schlagenheim” (2019), logró favorables críticas en su país por su mezcla de noise, electrónica, jazz rock, prog rock, post-punk, krautrock…

El segundo, producido por John “Spud” Murphy, es otro disco similar.
Vamos a escucharlo.



black-midi-album-review-fotos“John L.”, de tono paranoico-robótico, crea un rock experimental que cruza el rock ruidista con Jane’s Addiction y King Crimson, habiendo lugar también para el krautrock, el rock industrial y un modo recital de líder social-religioso.
… en el mundo no hay escape para este estruendo infernal…
La imaginería es surrealista y distópica.
Cinco minutos bien aprovechados.


La balada “Marlene Dietrich”, homenaje a la diva alemana del título, es totalmente diferente.
La intro es limpia, con una guitarra acústica y una ejecución crooner de cabaret por parte de Geordie Greep.
Arreglos de cuerdas y ecos del Brill Building pop con orquestación mientras se canta, en una melodía del montón, sobre Marlene interpretando el makinavaja.

Vuelve el ritmo nervioso con “Chondromalacia Patella”, tribalidad y funk, post-punk y jazz, saxofón, campanas, voz ampulosa.
Imagina a Captain Beefheart colaborando con King Crimson con el fondo de un musical de Broadway.
El mezcladillo no entusiasma pero no está mal, alternando tempos… tranquilidad y elegancia con riffs metal y un outro que incrementa el ritmo con rápido guitarreo.




“Slow”… todo pasa lentamente… Los punteos funk envuelven, destaca el bajo dominante de Cameron Pincton (quien también canta el tema), los saxos de Kaidi Akinnibi…
Riffs con efecto obsesivo en una pieza atmosférica de mantra psicológico con un muy bien clímax en una evolución de rock progresivo.
Muy buen corte.

En “Diamond Stuf”, canción de más de seis minutos, se puntean acústicas en una larga intro instrumental en plan Ennio Morricone, modo giallo, o Ry Cooder…
… soy una cáscara hecha con material de diamente…
El texto es de nuevo surrealista… tendidos en campos de antracitas… y el progreso del corte, con voz narcotizada de nuevo de Pincton, nos lleva al psicoprogersivo, al jazz, a la orquestación con clase.


Vuelve Greep a la voz principal con “Dethroned”.
La canción se abre con un saxo… globos oculares de elefantes flotando, peces sin rumbo…
Ese es el singular panorama.
Voz barítona y mezcla de elementos funk, jazz, en guitarreo sucio contrastado con las líneas claras del bajo.
Ambiente de club, disonancia noise-garajera y sintetizadores estridentes.
Curiosa.

Con “Hogwash And Balderdash” se fugan pollos de corral y huele… ¿de dónde viene el hedor?
Texto en flujo de conciencia y mejunje de influencias cacofónicas, noise, krautrock, funk, jazz, post-punk…
Fraseo paranoico.



Termina el LP con “Ascending Forth”, diez minutos de rock progresivo con intro bucólica folk y la interpretación crooner teatral de Greep (que puede resultar cargante para muchos) en progreso de pieza orquestal con mucha densidad y escasas variantes para su extensión.
Un final de disco bastante, bastante pesado.