Crítica
Los Comets on Fire y su rock psicoprogresivo vuelven a brillar en este nuevo álbum, “Avatar”, disco editado en Sub Pop con el que remachan sus influencias de rock psicodélico y progresivo de finales de los años 60, principios de los 70, en seis largas e intrincadas piezas que tanto ofrecen sonidos space-rock como lisergia mantra y retazos blues-rock y jazz-rock.
No cabe duda que han mamado sonidos de gente como Cream, Blue Cheer, Procol Harum, Jimi Hendrix, Quicksilver Messenger Service o los Hawkwind.
Es otro notorio disco que revive la gran época del rock de forma meritoria y en su vertiente más ardientemente psicodélica.
Con Ethan Miller al frente, cantante y principal compositor, los californianos Comets on Fire enlazan con las catárticas expresiones sonoras en excitadas piezas significadas por astrosa distorsión, ruidismo con enfoque, complejas estructuras, agitados ritmos que viajan del hard rock al espíritu tribal, espaciales líneas de guitarra, rugientes wah-wahs, varianza en tempos, tonos foscos y voces ácidas, sea en hirvientes cortes space-rock, como “Dogwood Rust”, o composiciones de denso y anárquico prog-rock con armonías vocales psicodélicas y aromas jazz y blues, estilo “Jaybird”.
También saben aplacar su furor y escribir baladas en clave blues-acid-rock, tipo “Lucifer’s Memory”, y, en contraste, emular a los abrasivos Blue Cheer en la impetuoso noise-heavy-rock “Holy Teeth”, con un espectacular trabajo en la percusión y una estridente pirotecnia guitarrera, y, sin perder su fundamento en la psicodelia de finales de los 60, otorgar protagonismo a los teclados en la épica instrumental “Sour Smoke”.
La última pieza, la balada “Hatched Upon the Age”, parece un tributo a los Procol Harum, con ecos también de Mott the Hoople.
El crescendo emocional y la magnífica interacción instrumental exhiben la brillante capacidad evocativa de este conjunto californiano.