• Por AlohaCriticón

Dos años después de su debut, “Waterloo to Anywhere”, los Dirty Pretty Things de Carl Barat volvieron al estudio para grabar un segundo disco que mezcla la influencia del rock 60’s con el pop-punk y la new wave de los 70, y el brit-pop de los 90.

Así, tenemos un conglomerado de canciones con rastros de los Kinks, de los Who, de Madness, de los Clash, de los Blur, en un disco iniciado por “Buzzards and Crows”, canción con sonidos de circo-carrusel y una variante meódica de pop psicodélico.

En “Hippy’s Son” emplean hábilmente un contraste vocal que liga el hard rock y el sunshine pop, mientras que el luminoso jangle pop de “Plastic Hearts” repica guitarras acústicas y eléctricas con juegos vocales y “lalalalas”.

El single “Tired of Englad” es un laudo británico iniciado con trompetas y con clara influencia de Ray Davies y sus Kinks, con una parte vocal cercana a los Who de mediados de los años 60.

Otros cortes del disco son “Come Closer”, corte acústico y romántico muy 60’s que podrían cantar los Everly Brothers, Chad & Jeremy o los Peter & Gordon en 1964; “Faultlines”, otra canción acústica y melódica con reflexiones melancólicas; la punk genérica “Chinese Dogs”; o “Kicks or Consumption”, pop-punk con silbidos y línea guitarrera de sabor hispano, algo también perceptible en “Best Face”, canción con ascendencia Clash y algún tramo de rapeo y funk. Escuchable, pero de escasa excitación.

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