• Por Antonio Méndez

Crítica

“Folie à Deux” es el quinto álbum de los Fall Out Boy, un conjunto de Chicago de pop-rock y pop-punk con sonidos melódicos y enérgicos de fácil exposición radioformulera, hecho que les lleva a trascender popularmente más allá de otros grupos de similares características.

Sus influencias se encuentran principalmente en la new wave, el power pop de los 70 y en el pop-punk (más de los primeros Green Day que de los Buzzcocks o Ramones), y sus textos giran en torno a los tópicos de siempre de angustia adolescente, inadaptación, desorientación…

“Disloyal Order Of Water Buffaloes” es una canción que significa su estilo, con intro de un órgano de iglesia acompañando una melodía y expresión a lo Elvis Costello, antes de fusionar el pop punk greendayano con ecos de los Who y pretensiones de catarsis emocional en escenarios arena-rock.

El single “I Don’t Care” es uno de los mejores momentos, con una dinámica mezcla entre Johnny Lee Hooker y el glam-boogie-rock de T. Rex.

Es un inicio de disco bastante pasable aunque nada sobresalga demasiado. Incluso con “She’s My Winona”, pieza de ritmo dinámico con papapapas, se rememora el power pop de los Romantics.

“American Suithearts” es un medio tiempo pop-rock bastante ordinario con algún deje funk-soul, mientras que “Headfirst Slide Into Cooperstown On A Bad Bet” muestra unas ascendencias new wave en un corte que podrían firmar los Jellyfish con el destacable uso de armonías vocales.

“The (Shipped) Gold Standard” tiene un plausible trabajo guitarrero con gran riff y suficientes variantes melódicas como para no aburrir.

“Coffees For Closer” se inicia con unas baterías ramonianas y progresa de manera formulista con adorno de cuerdas. Es tan olvidable como “What a Catch Donnie”, balada soulera con crescendo épico.

El pop-rock FM formulista se multiplica en su parte final con “27”, pop-emo-punk sin demasiado alcance emocional, “Tiffany Blews”, canción con juegos vocales que podrían cantar los New Kids On The Block; o “W. A. M. S.”, pop-rock bailable con coda a cappela blues.

La huella del pop sofisticado de los Jellyfish aparece de nuevo en “20 Dollar Nose Bleed”, con uso de piano y órgano; y Debbie Harry, diva nuevaolera con Blondie, les acompaña en “West Coast Smoker”.