• Por Antonio Méndez

godz-2-album-criticaCrítica

Un año después de “Contact High With The Godz”, uno de los discos freak folk y acid rock más experimentales del sello ESP Disk y de toda la historia del rock, el grupo neoyorquino Godz volvió a la carga con “Godz 2”, LP en donde Larry Kessler, Paul Thornton, Jim McCarthy y Jay Dillon volvieron a colaborar con Herb Abramson.

“Radar Eyes” abre el álbum con un monótono psicogaraje/noise pop con coros lisérgicos.
Es una de las canciones más potables del disco.

Se escucha un grito a lo Tarzán en “Riffin'”.
Vanguardia tribal-blues con tambores temblorosos, soliloquio y citas a la guerra de Vietnam.
El contexto tira mucho.

“Where” es un machacón acid folk con rasgueos acústicos en donde se repite Where, Where, Where en plan beodo. ¡Viva la priva!, como manda Omar Khayyam.

El blues folk “New Song” es puro cachondeo con viola desafinada y voz de colocón festivo.
A disfrutar.

“Squeek” es una jam caótica, inescuchable, amateurismo…
Maravillosas consecuencias psicotrópicas.
Fantásticas.

“Soon The Moon” es una psicodelia garajera con zumbante guitarra.

“Crusade”, épica de casi nueve minutos, es un cacofónico momento de onirismo avant-gardé con tos, efectos espaciales y sonidos de monjes zombis y orgías comunales.
Jam ácida y ruidista.

godz-2-contraportadaAdaptan a los Beatles en “You Won’t See Me” con sentido del humor y monólogo central.
Chistosa.

“Travelin’ Salesman” es un rutinario folk rock, mientras que “Permanent Green Light”, con un comienzo que parece adelantar el “Get It On” de T. Rex, redunda su tribal y trivial acid rock de autocomplacencia underground.

Mejora su primer álbum.