• Por Antonio Méndez

green day review album 21st century breakdownCrítica

Butch Vig, miembro de Garbage y productor de Nirvana, L7 o Smashing Pumpkins, colaboró por primera vez con Green Day en este disco, “21st Century Breakdown”, un álbum que recupera a Billy Joe Armstrong y compañía con el nombre del día verde tras su aventura de revival garajero haciéndose llamar Foxboro Hot Tubs.

El texto, con un retrato parcial de dos jóvenes desorientados en era post-Bush llamados Christian y Gloria, contiene críticas tópicas sociopolíticos y estados globales de desesperanza. Eso sí, todo ese malestar vital escrito desde amplias suites de hoteles de cinco estrellas y mansiones de amplios metros cuadrados.




A lo largo del álbum conocemos las ansias, dudas, miedos y desencantos de sus protagonistas; además del maldito propósito de manipulación y aborregamiento de la sociedad por parte de los políticos y sus mediocres y serviles medios.

Los sonidos de este disco tanto toman de los Who como de los Clash, Ramones o de los Beatles.

Tras una intro a cappella con efectos radiofónicos llamada “Song Of The Century”, se escucha el título que da nombre al álbum, “21st Century Breakdown”, medio tiempo en donde se amalgaman varias influencias con variantes rítmicas (los Who, los Clash, el power pop, Thin Lizzy…) y un estribillo en armonías arena-rock.

Tras esta especie de suite suena “Know Your Enemy”, corte punk pop en donde con muro guitarrero y pujante percusión se ironiza sobre las mentiras de los gobiernos; y “Viva La Gloria”, presentación del personaje de Gloria con introducción de balada de piano, percusión a lo Phil Spector y cuerdas. Al minuto gira la canción hacia formulistas ritmos punk pop.




“Before The Lobotomy” es una meritoria canción con nostalgia de la infancia inocente… sueños, recuerdos familiares, ahora ya no hay risas…
Se dibuja un escenario triste adornado por arpegios acústicos con variantes eléctricas en donde se puede escuchar la influencia de los Who.

“Christian’s Inferno” es uno de los mejores momentos del álbum.
Tiene gran intensidad, un ritmo pegajoso que cruza a Iggy Pop con los Ramones, y una atmósfera paranoica con líneas guitarreras post-punk que introduce al personaje en una estancia infernal al estilo de Dante Alighieri pero sin Virgilio (¿habrán leído estos tipos “La Divina Comedia”?).

Después de la adrenalina que genera la anterior pieza nos encontramos con “Last Night On Earth”, un corte romántico con influencia Beatles que podría firmar el George Harrison de los 70.

“East Jesus Nowhere” es un tema que mezcla ritmos diversos (boogie-glam a lo T. Rex, punk pop e incluso marcha con aires flamencos…). Esos aires españoles son todavía más claros en “Peacemaker”, una especie de corte rutinario de punk-pop aflamencado a lo… Seguridad Social.




En “Last Of The American Girls” lanzan una ironía sobre tópicos de presuntos comprometidos con causas justas con un sonido que podría llevar a la canción a aparecer en un disco de Fountains of Wayne o Weezer; “Viva La Gloria (Little Girl)” contiene un piano cabaretero; y “Murder City”es un punk-pop tan pegadizo como formulero.

“Restless Heart Syndrome” es una balada lujosa con piano, cuerdas y falsete enfático.
La melodía es muy cercana a lo ofrecido por Sean Lennon en su último y estupendo disco. Los arreglos del tema podrían ir firmados por Jeff Lynne.




“Horseshoes And Handgrenades” es un corte garage rock que parece sacado de las sesiones de Foxboro Hot Tubs.
Tiene ecos claros del “Louie Louie” versión Kingsmen y arrojo tipo The Sonics.

“21 Guns” es una balada pop-rock muy radiofónica que parece reciclar su previo “Boulevard Of Broken Dreams” con trazos de los suecos Roxette y competentes arreglos para poder gustar a todo tipo de públicos. Falsete. Coros en armonías vocales estilo arena rock 70 acompañando al vocalista líder.

Otros cortes como “21 Guns”, “American Eulogy” o “See The Light” exhiben con profesionalidad sus variadas ascendencias: power pop, pop-punk, glam-rock… dentro de un disco trivial en sus pretensiones acerbas pero con suficientes alternancias sonoras como para no resultar desdeñable.

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