• Por Antonio Méndez

king-gizzard-albums-rats-nest-discosCrítica

Tras el pop (más o menos) suavecito, en ocasiones bucólico, con trazos funk, boogie, psicodélicos… de “Fishing For Fishies” (2019), el mismo año los australianos King Gizzard and The Lizard Wizard publicaron el contrapunto, “Infest The Rats’ Nest”, un álbum thrash metal con los de Stu Mackenzie acelerando ritmos con agresivos sonidos al estilo de los primeros Metallica, de Megadeth, de Motörhead, de Slayer…

Esa mezcla entre hardcore punk, frikerío y heavy metal se muestra de forma bravía en “Planet B”, el comienzo de un álbum conceptual de ciencia-ficción centrado en la huida de un planeta Tierra devastado con busca de refugio en Venus.
… apocalipsis, comida escasa, campos ardiendo, sifones de gasolina…
Los King Gizzard se suben al carro de la calentología en este comienzo de trallazos guitarreros, de tempo frenético.
Disparan al dingo, todo se oxida.
El niño Jesús llora… lógico.
Sonido ametralladora bastante monótono.

“Mars For The Rich” es más disfrutable que la apertura.
Un pobre desgraciado con voz gritona dice que vive frugalmente, que se llena de cerveza y que tiene los dedos llenos de ampollas por trabajar en el campo.
¡Qué feliz es la gente en Marte! Pero cuesta su pasta, y no ahorro nada de nada, muchos impuestos y mucha corrupción.
Marte es para ricos.
La canción tiene influencias stoner rock, de Black Sabbath, de Motörhead.




king-gizzad-trhash-metal-infest-album-review-2019… vamos a hacer incisiones con mucha precisión…
Carne descompuesta en la granja.
“Organ Farmer” es un agresivo y cabalgante thrash metal, formulista en el género, en donde cabe el terror corporal, la descomposición, entre antibióticos y hormonas.
Hay que hacer engordar como sea a las vacas.
Y en los supermercados tan felices.

Intro lenta blues en “Superbug”.
Tanta basura que comemos… provocando el ataque de las superbacterias.
Ahí está la consecuencia.
Infectan mi sangre, esto es una epidemia.
Metal blues rock de casi siete minutos con ambiente enfermizo, también muy Black Sabbath pero gruñendo.
Buen corte.
La resistencia es inútil. Y a nadie le importa.




Vuelven con paisajes de apocalipsis en “Venusian 1”.
Bosques desérticos, tornados por doquier, aguas negras.
No hay limpieza ni suministros tampoco en Venus.
Salimos de Guatemala y caemos en Guatepeor. Quien nos diera en la Tierra.
Espacio caótico, incierto, en este enérgico thrash metal de vibrante ritmo.

“Perihelion”.
El ambiente es galáctico, espacial.
Divinidad solar, montaña solar.
Una válida épica stoner metal de contagioso estribillo. Peri-perihelion.

De nuevo en venus. “Venusian 2”.
Quiero aterrizar, ya veo el suelo. Llevo conmigo mi vitamina 5.
Con eso puedo con todo.
Más tempo frenético thrash-space metal con Stu en plan Lemmy.
A algunos, en este punto, les cansará la repetición de modos y maneras.




Llega el suicidio con “Self-Immolate”.
El narrador se vuelve loco, quiere revolcarse en la lava, estar en medio de un tornado.
Venus al final es una basura.
Intro con baterías tribales y ágil instrumentación estilo Metallica de los años 80.

Stu es tentando por el anticristo en “Hell”… la puerta del infierno es de ámbar…
Modo crucero en furia rítmica y pose de víctima del sistema.
Mejor acabar con todo.

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