Crítica
Nuevo disco de Lenny Kravitz, quien reitera lo de siempre en su carrera y recicla ritmos y riffs de previos trabajos (que ya reciclaban a los originales de las bandas y solistas de los 60 y 70)… que si hard rock psicodélico a lo finales de los 60 y comienzo de los 70, que si remedos del funk o el soul de la misma época, que si baladas de piano con melodías beatleianas…
En los textos no faltan sus ya clásicas manifestaciones de veneración cristiana, su pacifismo, sus cuitas de pareja y sus expansiones amorosas.
En “Love Revolution”, dominado por un potente riff distorsionado de hard-rock lisérgico, reclama, a lo John Lennon (una de sus máximas referencias), una revolución amorosa y una nueva constitución.
“Bring It On” le conecta claramente con Led Zeppelin en su hard-blues-rock, sin perder aportes psicodélicos. En el texto afirma que la fe y las alabanzas a Dios le ayudan a encararse con sus demonios.
“Good Morning”, con preciosistas arreglos de cuerdas, le muestra más optimista en un tema de nuevo amanecer que tanto toma de los Beatles como del boogie rock.
“Love Love Love” es un dinámico corte funk-rock con calcos de nuevo de Led Zeppelin (sin olvidar a James Brown, George Clinton o el propio Prince). Dice que no necesita televisión, ni drogas, ni políticas, ni joyas, ni cirugía estética, ni modas de París, ni revistas, ni islas privadas, que estando con su novia y con Dios ya es suficiente.
Dios es de nuevo el centro de “If You Want It”, corte blues-gospel-rock con sonidos de órgano y combinación de acústica (en las estrofas) y eléctrica (en el estribillo y la intro) en donde ya hace proselitismo con consejos de liberación de cadenas y levantamientos de cruces, con invitaciones a que Jesus marque tu camino.
El single “I’ll Be Waiting” es una hermosa balada de piano (beldad a pesar de que recuerda demasiado a otros cortes previos de Kravitz) centrada en una mujer que ha sido abandonada por su pareja. Un tercero, el narrador, espera entra en su vida. A destacar la intensidad del estribillo, el crescendo y el puente enfático con uso de cuerdas.
El final del disco es bastante cansino. “Will You Marry Me” y “Dancin’ Til Dawn” es funk rutinario; “I Love the Rain”, balada melancólica con crisis de pareja y paseos por el Sena con estallido emocional en su tramo final; “A Long And Sad Goodbye” redunda en su baladerismo de piano (ahora casi a lo Lionel Ritchie) con una reprimenda a su padre por abandonarlo cuando era un niño (de nuevo John Lennon flota en el ambiente); “This Moment Is All There Is”, elegante pero aburrido pop-soul; “A New Door”, de nuevo con Dios como centro; o “Back in Vietman”, pulla al belicismo iraquí y sus consecuencias con intro del “Street Fighting Man” de los Rolling Stones.