• Por Antonio Méndez

lenny-kravitz-album-strutCrítica

Lenny Kravitz produjo “Strut” en Roxie Records, su propio sello discográfico, tras pasar brevemente por Roadrunner con “Black And White America” y grabar previamente todos sus anteriores LPs con Virgin, el más interesante su debut “Let Love Rule”.

Este disco toca fondo en su rutina funk rock y pop rock con letras de manual básico. En “Sex” quiere que le abracen, que le amen, el amor como remedio, terapia sexual en un corte disco funk que mezcla a James Brown con George Michael y la melodía bubblegum de 1910 Fruitgum Company.

El single “The Chamber” es lo más salvable de este álbum en cuanto a enfoque melódico y rítmico. Al igual que “Sex” el tema es otro disco funk pero aquí se lamenta por ser abandonado… Acabaste con un amor que era fuerte… Prfff.

Lenny pone modo Jimi Hendrix para todos los públicos con “Dirty White Boots”, hard rock en medio tiempo con un texto en el que desea que la moza se quite el jersey (tras bajar las cortinas, claro…), se suelte el pelo y practiquen el coito con botas. Fetichismo light.

lenny-kravitz-strut-critica“New York City” muestra una alarmante falta de recursos con un pop rock de radiofórmula adornado por saxofones y rasgos funk-gospel mientras perorata sobre la Gran Manzana. Kravitz parece haber escuchado a los Rolling Stones del olvidable “Undercover”.

Se pretende sofisticado en “The Pleasure And The Pain”, con influencias de Marvin Gaye, pero resulta tan formulista como aburrido…. Te echo mucho de menos desde que te marchaste… Melódicamente romo. Tópicos FM a mansalva.

Pavonéate, mujer, deja que tu cuerpo hable… Autoayuda sobre seguridad personal en el rítmico blues funk “Strut”. Lenny queriendo ser el nuevo Michael Jackson.

Dices que soy tu chico pero me siento como Frankenstein… Vergonzosa letra en “Frankenstein”, canción muy floja que utiliza al célebre monstruo literario de Mary Shelley no se sabe para qué.

Mezcla acústica-eléctrica en “She’s A Beast”, bestia sexual para sanar males en un tema mediocre con aspiraciones de rock sureño a lo Allman Brothers.

“I’m A Believer” nada tiene que ver con el clásico de los Monkees. Es una sencilla, bullanguera manifestación creyente con aplausos, hey hey y espíritu arena rock. Por lo menos tiene energía.

Canción de cumpleaños con “Happy Birthday”, riff hard rock y saxo con un texto para olvidar.

La balada blues soul “I Never Want To Let You Down” recalca su sonido trillado y repetitivo. Fin con “Ooo Baby Baby”, homenaje al soul Motown con una versión de un tema de los años 60 de Smokey Robinson & The Miracles.

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