• Por Antonio Méndez

Crítica

El anterior disco en estudio de los Mercury Rev, “The Secret Migration”, fue un álbum de pop psicodélico etéreo, ensoñador, espacial, disfrutable y con influencias del sunshine pop de Curt Boettcher.

Esta continuación, si obviamos la banda sonora “Hello Blackbird”, no pierde el enfoque onírico y espacial antes referido, pero con un cauce más experimental y electrónico. Todo más cercano al ambient y a la propia escritura musical cinematográfica que al pop psicodélico.

El enfoque experimental del disco no se equilibra con variantes sónicas de mérito, altura melódica y textos de interés.

Su apertura, “Snowflake In A Hot World”, es una de las mejores piezas del álbum, en donde parecen abordar con sonidos lisérgicos el individualismo en una época de uniformidad anestesiada. La expresión laxa, los juegos vocales y las capas de sonidos son suficientemente envolventes como para redimir su sobreproducción.

“Butterfly’s Wings” es psicoelectrónica ambient con trazos dance-pop y atmósfera espacial, en donde una perspectiva mantra recae en un insomne que evoca imágenes de mariposas en vuelo. Qué bonito.

“Senses On Fire” posee un minimalismo lírico machachón sobre sentidos ardientes con base rítmica krautrock.

En esencia es un corte ambient bastante cansino, típico del pop maquinafacturado y pretencioso de comienzos de siglo.

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