Crítica
Tanto en solitario como con los Rascals o con los Last Shadow Puppets, Miles Kane ha mostrado una influencia clara en sus grabaciones: la del pop 60s, la etapa mod del Swinging London, el soul Motown.
A ello le añade también una deuda clara con Marc Bolan (T. Rex).
En su cuarto disco como solista, Kane no da lugar a sorpresas en su sonido.
La balada “Tears Are Falling” comienza con un teclado estilo Supertramp antes de ubicarse ya en el híbrido Spector/Bolan.
Melódica, con lágrimas de incomprendido… estoy harto de romper las reglas, soy una coctelera olvidada.
Dudas, temores.
“Don’t Let It Get You Down”, rápida percusión, ambiente lounge, elegante, toques funk.
La música de Miles no trasciende pero resulta agradable en sus arreglos sofisticados.
“Nothing’s Ever Gonna Be Good Enough”, con Corinne Bailey Rae como acompañamiento vocal, es una aminada pieza, alegre.
Entre el pop de music-hall de los Kinks y el pop soul de las Supremes.
Más elegancia en “See Ya When I See You”, conjunción de influencias en tempo lento:
Marc Bolan, soul, merseybeat…
El baile como escapismo en malos tiempos, muy tópico, en “Never Get Tired Of Dancing”, dinamismo R&B con trazos swing.
“Tell Me What You Are Feeling” es un soul-funk de ágil ritmo, percusión muy Holland-Dozier-Holland y texto sencillo, directo.
A lo Temptations.
La balada “Coming Of Age”… ahora dudo, ahora maduro… es otro tempo lento, muy pop de comienzos de los años 60.
Podrían cantarlo en su día las Marvelettes.
El medio tiempo “Change The Show” y “Constantly” son otras dos piezas Bolan/Spector.
“Caroline”, canción muy rítmica, retoma la herencia Motown en un tema sobre una relación presuntamente felicísima… coge mi mano, ven conmigo…
Cierra Miles con título en español, “Adios Ta-ra Ta-ra”, corte con protagonismo de un psicópata asesino, contrastada tanta psicopatía con una ejecución elegante, lounge, melódica.
Rastreando pasos, calles con sombras.
Salida.