• Por Antonio Méndez

Crítica

Neil Young se juntó con Nico Bolas para producir “Fork In The Road”, una especie de álbum conceptual sobre coches, gasolina y carretera centrado en su LincVolt del 59.

Aunque no está acreditado junto a los Crazy Horse, las canciones más pasables del disco son las que muestran la crudeza garage-rock que caracterizan las grabaciones con Ralph Molina, Poncho Sampedro y Billy Talbot, aquí ausentes. Quien no falta es su buen amigo Ben Keith, encargado de tocar el Hammond y la steel guitar.

El álbum se abre con “When Worlds Collide”, corte de carretera con rugosidad eléctrica guitarrera blues-rock y armonías vocales en el que Neil se pasea por la Ruta 66.

Aunque nada especial, es de lo más escuchable del álbum, al igual que “Fuel Line”, en donde se adopta el punto de vista la canción de un coche eléctrico. Este tema posee ritmos funk-blues-rock (con riffs no lejanos a Led Zeppelin) y armonías en coros.

En el medio tiempo “Just Singing A Song” hay líneas guitarreras fuzz y dulces armonías vocales en el estribillo.

Es un tema con suciedad instrumental cuasi noise-pop, en donde el canadiense afirma que una canción no va a cambiar el mundo, significando el valor de las acciones ante la palabrería hueca. Bastante tópica pero melódicamente aceptable.

“Johnny Magic” es un homenaje a Jonathan Goodwin, parece ser que el mecánico que convirtió su Lincoln Continental de gasolina en eléctrico para andar bien despacito por el ambiente campestre de su rancho. Es un corte garajero con fondo de guitarras encrespadas. Un tanto monótono.

En “Cough Up The Bucks” hay trazos funk-blues e incluso rap. Ahora Neil se ha vuelto pseudohiphopero. Pues vaya…

“Get Behind The Wheel” es un corte formulista blues-rock con voces gospel. La influencia de John Lee Hooker es evidente, y más en “Fork In The Road”, el tema boogie rock que titula el disco con estampas costumbristas y sociopolíticas.

Young también compone dos baladas, “Off The Road”, en donde con empleo del órgano evoca imágenes de carretera en conducción nocturna, y “Light A Candle”, con texto trivial de esperanza futura que destaca por la steel guitar de Ben Keith y por cierto gusto melódico.

Otro corte de este álbum menor en la carrera de Neil Young es “Hit The Road”, un tema en donde vuelve a mezclar el blues rock con el funk y en el que aborda una situación de atasco con sutiles coros de su mujer Pegi.

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