• Por AlohaCriticón

Cualquiera que ame la buena música debería arrodillarse ante este genio, incapaz de quedarse quieto y lanzando con notable asiduidad notables álbumes, dejando claro que no vive del pasado como muchos otros artistas legendarios.

Es cierto que a Neil Young no le hace falta ningún tipo de artificio para transmitir sensaciones pero, para ser sinceros, la producción de Lanoise le sienta como un guante al disco, añadiendo interesantes efectos de sonido que le otorgan aún más profundidad a unas composiciones ya de por si brillantes.

A destacar “Love And War” y “Peaceful Valley Boulevard”, posiblemente dos de sus mejores piezas acústicas de su carrera, o temas sucios, roqueros y a la vez llenos de sensibilidad como “Walk With Me” o “Sign Of Love”.

Canción favorita del disco: Walk With Me.

Rino

Decepcionante disco de un Neil Young en baja forma. Con el único acompañamiento a lo largo de casi todo el álbum de su amplificada guitarra eléctrica en distorsión (salvo en dos piezas en las que utiliza la acústica), Young confirma tras el flojo “Fork In The Road” que está muy alejado de su glorioso pasado y de obras maestras como “Everybody Knows This Is Nowhere”, “After The Gold Rush”, “Harvest” o “Zuma”.

Rutinario, anodino. Así se puede calificar a un trabajo al que la artificiosa producción de Daniel Lanois con abuso de ecos en un exceso de efectos sonoros no ayuda demasiado.

De todas maneras, sus letras siempre son interesantes, el single “Angry World” es bastante aprovechable y el excelente tema acústico “Peaceful Valley Boulevard” supera con creces la medianía en la que se mueve la mayor parte del disco.

Canción favorita del disco: Peaceful Valley Boulevard.

JaBerMen

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