• Por Antonio Méndez

nic armstrong the greates white liar portada coverCrítica

Este tío, más que del año 2005, suena como si estuviese en los mismísimos años 1964, 1965 o 1966…

Directo, fresco, instantáneo…

Es un buen ejemplo de cómo servirse de sus influencias (Beatles, Kinks, los primeros Zombies, Rolling Stones, Them, Yardbirds, y el mejor garage rock de los 60, el merseybeat, R&B …), sin plagiar, para configurar un disco lleno de vitalidad, lozanía rítmica, melodías atemporales, vigor instrumental y atractiva interpretación vocal.

Todo ello sin buenas composiciones y sin buenos músicos sería una memez ya que estos sonidos ya se escuchaban con mayor excitación originalmente en los años 60.




Pero es que el muchacho, acompañado por los Thieves, por lo que se escucha, un conjunto magnífico, también sabe componer temas de tres minutos (o dos) con un espíritu animoso, enérgico, y entusiasta, con un saber hacer y un dinamismo que logra transmitir en una escucha que remite en ocasiones a unos White Stripes, si éstos en vez de volcarse en el blues rock, estuviesen más empapados de los sonidos de la Invasión Británica.

Así, en este recomendable debut, casi un homenaje a la excepcional década de los 60 (en especial acordándose de su primera mitad), hecho con calidad y talento, suenan cortes como:

“I Can¡t Stand It”, jubiloso, fantástico tema (imposible no moverse en su escucha) que podría ser interpretado por cualquier impetuoso y vibrante combo psycho-garage 60’s e incluido en los recomendables recopilatorios Nuggets
“Broken Mouth Blues”, otra pieza de vigoroso tempo, con solo de armónica y endiablado ritmo, que parece cantada por Colin Blunstone para los Zombies más R&B, antes de adentrarse en la psicodelia.
También tiene ecos de los Stones del año 1964.



El grupo, Nick y los Thieves, se sosiega con la balada acompasada por guitarras acústicas, “In Your Arms On My Mind”.
Con resonancias del Merseybeat o de los Kinks, posee un estimable progreso melódico y un bajo vitaminado, al estilo Macca, que dota de personalidad a la sección rítmica.

Sigamos disfrutando con este LP.

“Down Home Girl”, versión del cantante de R&B Alvin Robinson escrita por los grandes Arthur Butler y Jerry Leiber, es una pieza de fenomenal ritmo con clase, gran trabajo en la batería y el bajo y con una voz fantástica del británico Armstrong.

El tema fue cantado también por Mick Jagger con los Stones.
Se puede escuchar, entre otras ubicaciones, en el “Rolling Stones Now”.

El R&B de los Stones de inicios de los 60, el proceder de Manfred Mann, los Beatles más rockanroleros de 1962 o 1963, o la magia de Jeff Beck en los Yardbirds retorna con “On A Promise”, corte con sensacional labor instrumental, con aplausos, guitarras fenonenales, armonica, ¡¡¡uuuuuuuhhhhh!!, ¡qué gran tema y qué gran voz!




“I’ll Come To You”, con da dada dada, es otra ejemplar balada.
Buena melodía, pandereta, guitarras repicantes envolventes, y un sentido preciosista muy apreciable.

Searchers, Beatles, Hollies o los Kinks podrían estar orgullosos de este legado.

“Back In That Room” vuelve a hacernos mover el esqueleto con una potente sección rítmica.
Gran interpretación, como siempre, de Nick Armstrong, ahora en un tono más airado y con falsete cuasi a lo Marc Bolan.
Tiene fuerza, melodía, un solo guitarrero…
Estupenda canción.



La elegante y beateliana “Too Long For Her” es una deliciosa balada de nuevo deudora del Merseybeat, que podría ser cantada también, además de por los Fab Four, por Gerry & The Pacemakers, The Swingin’ Blue Jeans, los Searchers o cualquiera de estos maestros y pioneros del mejor pop.

“She Changes Like The Weather”, con ecos de Buddy Holly, es el Ray Davies del “Kinda Kinks” o los Beatles del “For Sale”.




La energía garajera del single “Natural Flair”, con sonidos a lo Who o Small Faces, el folk-pop a lo Peter & Gordon o Chad & Jeremy de “Scratch The Surface”, “You Made It True”, puro Beatles con resonancias de Curt Boettcher y trazos de vals, “The Finishing Touch”, contagiosa melodía beat, y “Mrs The Moraliser”, garage rock proclive a la fácil excitación, cierran este LP.

Lo que es realmente triste es que grupillos que siguen copando las listas de ventas, con discos sobreproducidos, sin imaginación, pintamonas dirigidos por sabediosquien, rascadoresdehuevos, niñatos esnobs y vendedores de humo, permanezcan en boca de todos y todas, y gente con mucho más capacidad pasen totalmente desapercibidos, como este sensacional primer disco de Nic Armstrong lleno de buenas canciones.