• Por Antonio Méndez

oh-sees-face-stabber-albumCrítica

El sonido friki-prog-ácido de John Dwyer con sus Oh Sees continúa incrementándose con “Face Stabber”, un disco largo, doble álbum en formato vinilo, con esencia de jam lisérgica en donde hay cabida para el rock progresivo, el funk, el garage rock, el punk, el krautrock, el space rock…

“The Daily Heavy” es un corte de casi ocho minutos abiertos con el bueno de John jugando con un muñeco de plástico (o eso parece).
Ritmo rápido, experimental, monótono, punteos surf, ambiente espacial de influencia krautrock.
… soy un chico fácil con rifle, vienes fuerte junto al trueno…
Se hace pesada con tanta repetición.

En “The Experimenter” crea un acid rock garajero bullanguero con el tempo sincopado marcado por la doble batería.
… todo el mundo diciendo como tengo que hacer las cosas…
Todo el mundo es feliz mirando fuera.
Ven cosas, ven algo.
Ritmo de marcha en la coda, sintetizadores a lo Who, toques hispanos en el ritmo.
Jam ácida escuchable.




La canción que titula el disco, “Face Stabber” es un potente instrumental.
Entre el noise y el stoner rock.

oh-sees-album-review-face-stabber-2019Buen bajo el de “Snickersnee”.
… los políticos solo dicen mentira…
Paseos nocturnos, navajeros, espadachines… voy detrás de ti.
Ambiente siniestro, amenazador, con excelentes arreglos guitarras en una mezcla válida de funk, psicodelia y garaje.

… giremos el tornillo, corre, mira el sol…
Dwyer siempre aporta intensidad a sus composiciones y más con la doble batería cabalgando el ritmo en tono extraño, surreal.
“FU Xi” es un rock progresivo con trazos jazz rock.
Bum, bum, bum.




14 minutos dura “Scutum & Scorpius”.
Intro space rock, envolvente, con sintetizadores.
¿Qué pasa por estos lares? Me estoy arruinando la tarde.
El progreso es prog-rock con teclados a lo The Nice, a lo Emerson, Lake & Palmer, a lo Rick Wakeman.
Como siempre en este disco, el sonido es muy repetitivo.
Me acuesto en el césped, hay sangre.
Voz de pánico.

Menos de dos minutos es la extensión de “Gholü”, abrasivo punk.
Un cadáver para la cena demoníaca.
Caótico sonido. Distorsión a tope.

Vuelve el tempo psico-funk con “Poisoned Stones”.
Quizá te disparen pero no mueres.
¿Quién llama a la puerta?
Cripticismo y masoquismo ácido.




Los teclados de rock progresivo retornan con “Psy-Ops Dispatch”, jam con instrumentación metralleta y partes jazz.
Voz susurrante, ominosa.
Nos miran a los ojos.
Manteniendo vivo el miedo.

Otra pieza corta de “Face Stabber” es “S. S. Luker’s Mom”, instrumental garajero surf.
Los de la doble batería se ganan el sueldo.

Y más corta, la frenética “Heartworm”, garage punk a tope.
Gusanos en nuestras extrañas.
El mundo es jodido.
Berrido existencial, horror corporal.

Más funk punk con “Together Tomorrow”, canción de un minuto y medio.
¿Cuándo puedo verte? Quizá mañana.
Sudores en el estudio.




“Captain Loosley” es otro instrumental.
Sonidos robóticos, máquinas… ambient space rock.
Atmosférico, pero muy monótono.

21 minutos es la duración de “Henchlock”… jam progresiva con saxos, piano eléctrico… Hay variantes pero no logra enganchar.
Se soporta de fondo.
Demasiada información, mala información.
Ok, vamos a llevarnos bien.
O será peor.

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