• Por Javier Platas

paul mccartney ramCrítica

“Ram On”, un recuerdo al pseudónimo que utilizaba Paul McCartney con los Beatles en su lejana época de Hamburgo (y que también emplearon los RAMONes); “Dear Boy”, pieza muy al estilo Beach Boys con juegos vocales; “Uncle Albert/Admiral Halsey”, suite dividida en dos partes a cada cual mejor; “Heart of the Country”, magnífica pieza popera típica de su autor; “Long Haired Lady” una de las cumbres que recuerda a otra de sus obras maestras, (“Hey Jude”); y “The Back Seat of My Car”, con una lujosa orquestación in crescendo, son parte importante de un álbum que muestra a un músico excepcionalmente dotado para la creación melódica.

Al margen de su magisterio en las melodías, también quedó suficientemente constatado en los Beatles la vena rockera de Paul (la mayor del cuarteto de Liverpool) que aquí sale a relucir en temazos como “Smile away”; y en la mejor canción del disco, la clásica “Monkberry Moon Delight”. Incluso se permite mandar un mensaje poco amistoso a un viejo conocido (John Lennon) en “Too Many People”.

Paul McCartney en su mejor trabajo, junto a “Band On The Run”, de su etapa post-Beatles.