• Por Antonio Méndez

silver-apples-album-1968Crítica

Simeon Coxe y Dan Taylor formaron en Nueva York en la parte final de los años 60 este dúo de psicodelia electrónica con un sonido experimental, vanguardista, oscuro, que adelantó las bandas krautrock o el tecno punk de Suicide.

La música de Silver Apples es minimalista, repetitiva, con una poética de Stanley Warren extraña, surreal, alternando el coñazo con la sugestión.

En Kapp Records se publicó su debut, un álbum homónimo del 68, obra pionera en la electrónica que se abre con “Oscillations”… fluctuaciones magnéticas, ondas expansivas… Tempos y voces mantra, reiteración rítmica, percusión folk tribal y ambiente electroácido.




… falsas charadas de verdad humeante… “Seagreen Serenade” es un tecnofolk de ambiente marino con uso de flauta y un ritmo machacón que termina hastiando. La melodía no está mal.

Muchos elementos naturales en “Lovefingers”… suave el sol amarillo, olas del mar verde, hechizos dorados manosean mi cabello… los amantes yacen sobre la arena… Tecno hippie sincopado con arreglos electrónicos de mérito, originales y vanguardistas.




silver-apples-foto-review-1968En “Program” viajan por el dial radiofónico en un ritmo monótono pero hipnótico, con un curioso collage de sonidos… la mente es la única verdad.

… caminando sobre flores púrpuras, respirando fragancias doradas, llegas a la última isla, todo es paz en el fin del camino… “Velvet Cave” nos conduce a una utopía idílica con serpentinas carmesí y montañas goteando vino, hasta llegar a la mujer de ojos brillantes y de pechos como frutas… Sonido de viento acompañando una cacofonía in crescendo poco soportable.

Gruñidos, cables retorcidos, bombillas rotas. “Whirly-Bird”, tema sobre un aparato de ventilación, es pura electrónica experimental surrealista con pesada reiteración minimalista.




Simeon recita teatralmente en “Dust”, una balada atmosférica sobre polvo, polvo de amor, dentro de una botella rota. Sombría, extraña, de tono angustioso. No está mal.

Danza de la lluvia a lo indio en “Dancing Gods”… una casa hecha de amanecer, de crepúsculo… he hecho el sacrificio, preparando un fuego para ti… ven hacia nosotros. Tecno tribal para bailar alrededor de la hoguera en invocación mística con Dan Taylor imitando tambores de ritual navajo.

Se cierra este LP con otro paseo hippie-místico, “Misty Mountain”… estamos en la cama del cielo, con mi amor y mi mente… Lisergia electrotribal envolvente, experimentación seminal con sintetizadores.

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