Sobrevalorado segundo álbum de los Black Crowes a pesar de tratarse de un trabajo bastante digno, pero ni mucho menos es la obra maestra que dicen algunos. Le falta originalidad y mayor imaginación en la estructura de unos temas que por momentos se muestran reiterativos e innecesariamente alargados para lo que tienen que ofrecer, provocando que el interés inicial en algunas composiciones se convierta en indiferencia y aburrimiento.
No obstante, es justo reconocer el poderío emocional de sus interpretaciones y algunas fases de indiscutible brillantez junto con el oficio y calidad de unos músicos que recogen sabiamente la herencia de bandas como The Faces, The Allman Brothers Band, Humble Pie, Free, Bad Company o los Rolling Stones de su etapa con Mick Taylor, para plasmarla en este estimable muestrario de rock enriquecido con elementos blues, country y southern rock, además de unos puntuales coros femeninos que aportan un gratificante regusto soul.
Se les puede acusar de excesivamente derivativos, y sin duda lo son, pero por lo menos rinden pleitesía con talento a la época dorada del rock.