• Por Antonio Méndez

the king is dead the decemberists album review critica discoCrítica

En este disco, Colin Meloy y sus Decemberists se muestran más enraizados que nunca en el folk rock y el country rock para crear un retrato campestre que alterna imaginerías estacionales de labor en labradío con momentos para la reflexión en ambiente bucólico. El álbum de predominio acústico cuenta con la colaboración puntual en la guitarra eléctrica de Peter Buck, conocido instrumentista de REM.

Se abre este “The King Is Dead” con “Don’t Carry It All”, un medio tiempo en donde se reúnen sus ascendencias folk, country y blues. Rock de raíces que nos traslada a sonidos de Gram Parsons, The Band, Poco o los Allman Brothers.




“Calamity Song” eleva el ritmo del álbum en un corte estilo REM, no en vano sobresale la guitarra jangle pop de Buck. Las imágenes son curiosas… Andaluces por Nebraska, brazos de ángeles, niños panameños al lado de una emperatriz viuda, civilizaciones subterráneas, evocaciones de lluvia… Onirismo sinsentido para este pasable tema.

Emplean el pedal steel en “Rise To Me”, balada country-folk que podrían interpretar en su día los Jayhawks. Piano. Solo de armónica. Entorno natural… Troncos de árboles, lechos de arroyos, trabajo en la tierra… También suena a Gram Parsons con armonías en combinación masculina-femenina (Gram con Emmylou Harris).




El folk tradicional celta parece inspirar “Rox In The Box”, una de las mejores piezas del álbum con uso de acordeón, violines y estampas de minas en montañas. La melodía es notable y su sonido parece cruzar a Neil Young con los Waterboys.

La balada acústica folk con empleo de órgano “January Hymn” muestra resonancias a lo James Taylor o Cat Stevens. No es nada del otro mundo. En cambio “Down By The Water” posee una gran melodía pop y country-folk al estilo de los Jayhawks con los repicantes riffs jangle pop de Buck influenciado por Roger McGuinn. No está nada mal esta canción que fue elegida como primer single del disco.




Country folk con trazos honky tonk se escucha en “All Arise!”, pieza con fiddle y piano que podría ser interpretada a finales de los 60 por los Flying Burrito Brothers.

En la balada acústica “June Hymn” se crean momentos de amaneceres soleados en el campo. Hora de levantarse y ponerse a trabajar. Siempre resultan agradables las armonías vocales que aporta Jenny Conlee.

Una de las canciones más estimables del álbum es “This Is Why We Fight”. Corte rítmico con complejos arreglos… Ven a la guerra, ven al infierno, ven a la avaricia… La vida es una lucha. El estribillo es pegadizo y el tono es el más oscuro del disco. Telaraña guitarrera repicante. Ritmos de base funk. Pasajes twang. Armónica blues. Una canción densa y sugerente.




“The King Is Dead” termina con “Dear Avery”, balada elegíaca folk con pedal steel que vuelve a sonar como un tema menor de Cat Stevens.

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