• Por Antonio Méndez

Crítica

Primer disco grande de estos horrores británicos, un conjunto deudor del abrasivo garaje 60’s de los Sonics, del proto-punk Stooges, del shock-rock de Alice Cooper, Screaming Lord Sutch o Screaming Jay Hawkins, del bubblegum-punk de los Ramones, de Siouxsie & The Banshees, del psychobilly de los Cramps, o del surf de Dick Dale.

Su propuesta en textos se asienta en historias neuróticas y psicóticas de terror e intriga con altas dosis de humor negro, voncingleras narraciones con ritmos frenéticos, voces delirantes, guitarras fuzz, teclados contagiosos…

El disco se abre con “Jack the Ripper”, una versión sobre el encuentro nocturno con Jack El Destripador original del curioso Screaming Lord Sutch, en donde se exhibe el sentido humorístico de su hacedor original.

El single “Count in Fives” es uno de los mejores cortes de esencia psicodélica-garajera con atronador tempo, guitarras zumbantes, ritmo bailable y órgano. “Draw Japan” les ubica en su apostura más surf-rock, mientras que en la garagera-punk “Gloves” se muestran ardientemente fetichistas.

“Gil Sleeping” oferta un instrumental con cierto sabor oriental y sinuoso trabajo en el bajo, mientras que “Sheena is a Parasite” es un tributo ramoniano con una vibrante sección rítmica, contenida también en la explosiva “Little Victories”, con un teclado irresistiblemente pegadizo.

En resumen, se trata de una agitada revisitación garage-psycho, surf-punk y shock-rock, capaz de avivar el ánimo puntualmente con sus tempos apremiantes, amaneramientos afectados y estridentes texturas.

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