• Por Antonio Méndez

the-horrors-v-album-portadaCrítica

Los Horrors británicos cambiaron de productor para reinventarse en su “V” álbum. Tras varios años colaborando con Craig Silvey, la banda de Faris Badwan contactó con Paul Epworth, un galardonado técnico de radiofórmula que llevó su neopsicodelia y revival garajero a atmosféricos escenarios post-punk, industriales, tecno pop…

El disco se abre con “Hologram”… levantemos la cabeza, dejemos atrás este mundo vulgar… tempo machachón en tono oscuro, de envolvente abrasión de sintetizadores, voz narcotizada… Seis minutos de densa lisergia post-punk con ecos de Gary Numan.

Intro lenta con piano en “Press Enter To Exist”, pieza con desarrollo en medio tiempo acid-dance sofisticado, melódico, con bases rítmicas funk y resonancias del sonido Madchester de los Stone Roses…. habitaciones con sombras, extraños, mentiras… ¿qué esperar de la vida si la cura es una maldición?

the-horrors-v-critica-discoDeshumanización robótica… “Machine”. Fríos estímulos. La vida moderna es gélida. Esta atmosférica canción es como un cruce entre el neoglam britpopero de Suede y los U2 de la etapa “Pop” con fondo industrial. Funciona, como casi todo lo del álbum.

“Ghost”. Ven a sentirla. La gente cae, sueños violentos… Déjalos, son solo creyentes. Otro post-punk de gran atmósfera. Intensa, oscura balada electro-blues.

El disco levanta el ritmo en “Point Of No Reply”… no seré el primero en encontrar placer en el dolor… Un escuchable new wave en medio tiempo a lo Interpol, a lo Editors.

No dejes que el amor arruine tu vida. En “Weighed Down”, The Horrors crean una balada para crooner post-punk con instrumentación envolvente, potente percusión, entre la alienación y la desesperación. También recuerda a Suede.

Elegante melodía pop la de “Gathering”, un corte de sonido acústico, más limpio que las composiciones previas, y que podrían haber grabado Belle and Sebastian o Blur. Excelente, afectada interpretación vocal de Badwan.

Solo puedo ofrecerte mis sueños. No hay segunda oportunidad. No veo más que luces brillantes, ruidos… Paranoia urbana en “World Below”, un tecnopop bailable, la pieza más corta del disco. Brillante en melodía, arreglos, ritmo, estribillo…

La balada “It’s a Good Life”… podrías intentar vivir, pero solo ves sombras cuando buscas encontrarte… es sobre la muerte por sobredosis de heroína de Peaches Geldof, hija de Bob Geldof. Elegía emocional magnífica de sintetizadores con crescendo en donde caben guitarras rotas y piano.

La canción final, “Something To Remember Me By”, épica dance-disco de casi siete minutos, pegadizo tecno al estilo de unos Human League en el año 1981.

Uno de los mejores discos de The Horrors.

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