• Por Antonio Méndez

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Jon Auer y Ken Stringfellow de nuevo grabando como The Posies para solaz y contento de los amantes del power pop. Melodías pegadizas, voces sedosas, textos que intenta salirse del tópico sin caer en la fatuidad, huellas de los Beatles, de los Zombies, de los Beach Boys… No todo el disco resulta satisfactorio, pero cinco o seis temas se convierten en piezas adictivas los siguientes días a su primera escucha.

El álbum se abre con “Plastic Paperbacks”, canción de Stringfellow que posee un acompañamiento en armonía vocal de Hugh Cornwell, el miembro de los Stranglers. Es un pasable pop-rock que alcanza cotas épicas de melancólico romanticismo en su estribillo.

Auer es un perfecto artesano de la melodía pop de ascendencia 60’s (Zombies, Hollies…), y así lo demuestra en la luminosa “The Glitter Prize”, en donde con una dulce voz nos habla de una tal Isabella en un escenario nevado… Está preparado para la luz del día… Nostalgia y juegos vocales con la participación de Stringfellow y de Kay Hanley, la cantante de Letters To Cleo.

Jon Auer nos regala otras delicias pop en este disco, como “So Caroline”, un tema de ritmo moderado con simbiosis entre sonidos acústicos y eléctricos con pasajes fuzz. Directa, sencilla, maravillosa canción. Adictivo, radiante pop fuera de vanidades de autores por hervir con cripticismos facilones y onanismos insoportables.

¿Ha escrito más canciones meritorias Auer para este disco? Todas. “Cleopatra Street” es una gema pop que posee una fantástica variante melódica en su parte final con un crescendo de trascendencia emocional. “Accidental Architecture” es un gran tema, muy cercano al jazz pop de los Zombies (incluido piano eléctrico a lo Rod Argent) con ecos también de Left Banke, Beach Boys o Free Design. Coctelera de pop barroco y sunshine pop. “Notion 99” es un corte de psicogaraje con riff de la época “Revolver” de los Beatles y armonías a lo Hollies; y “Enewetak” termina el álbum de forma optimista y enérgica con una soleada melodía antes de un relajado outro que parece homenajear a los Beach Boys. Gran sensibilidad pop la de Jon Auer.

Vamos ahora con Ken Stringfellow al margen de la apertura antes comentada. “Licenses To Hide” es una canción sobre daños pasados y paso del tiempo con significativo uso de los teclados (piano en especial, pero también órgano), percusión spectoriana y un cambio de tempo con exuberancia vocal y un animoso ritmo que recuerda a un cruce entre los Wings de Paul McCartney y el grupo Queen.

“Take Care Of Yourself” vuelve a emplear variantes de tempo en un power pop con algunos tramos guitarreros a lo Who. Es un corte con complejos arreglos pero menor, y más si lo comparamos con “For The Ashes”, una gloria pop que a algunos les traerá a la memoria las melodías psicopop del sello de Oldham, Immediate Records, y el pop de los años 60 de los hermanos Gibb antes de que llegaran los 70 y se forraran de pasta con el falsete y la música disco.

Otros dos temas escuchables de Stringfellow (sin la resonancia melódica y emocional de otras canciones del disco, como todas las de Auer) son “She’s Coming Down Again”, canción un pelín larga sobre enganche a ls drogas que podrían interpretar en su día Redd Kross o Jellyfish; y “Holiday Hours”, ejercicio folkie con unas armonías vocales que justifican sus vínculos con las voces de los Hollies.

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