• Por Antonio Méndez

Crítica

(Tras su magnífico debut, “Oh Inverted World”, de clara influencia pop 60’s (principalmente Zombies y Beach Boys), y su segundo (y muy decente) álbum, “Chutes Too Narrow”, con sonidos más eclécticos, llega la tercera entrega de The Shins, “Wincing The Night Away”, un disco tan ambicioso en sus propuestas como inane en sus resultados.

Está compuesto por canciones de fácil escucha y que intentan incidir (en ocasiones) de forma experimental en la creación atmosférica, deparando básicamente art-pop “aloungeado” con ciertos tramos jangle pop a lo Smiths, alguna que otra textura electrónica sin enfoque que intenta adornar unas piezas Easy Listening para fiestas aburridas, psicodelia a lo Pink Floyd, trazos 60’s con influencia de los Beach Boys, y textos de diccionario que no dicen realmente nada, con una poética de desbarajuste consciente.

En conjunto no deja de ser frío pop de consulta de dentista sin la suficiente talla melódica, lo que provoca que no conecte emocionalmente a pesar de variadas escuchas. Todo lo contrario que pasaba con su mejor trabajo, “Oh Inverted World”.

A pesar de lo dicho, posee algún pasaje brillante, como “Phantom Limb”, en donde aciertan melódicamente inspirados por el maestro Brian Wilson, y “Sea Legs”, un corte arreglado de forma óptima con un desarrollo vocal a lo Morrissey y una esencia rítmica de funk.

Más allá de estos cortes, este “Wincing The Night Away” oferta sonidos llenos de matices lisérgicos con aciertos parciales en piezas de aprobado raspado sin trascendencia más allá del momento.

Entre ellos la ensoñadora-robótica “Sleeping Lessons”, la pinkfloydiana “Black Wave” o el relleno con ecos de Dick Dale “Pam Berry”, remedos del “Be My Baby” de Phil Spector y las Ronettes en “Turn On Me”, o reflejos post-rock TalkTalkero en “Split Needles”.

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