• Por Antonio Méndez

the tears critica here comes reviewCrítica

Brett Anderson y Bernard Butler vuelven a trabajar juntos después de romper su relación en Suede tras “Dog Man Star”.

Su nuevo proyecto es The Tears, un grupo, con Nathan Fisher al bajo, el japonés Makoto Sakamoto a la batería y Will Foster a los teclados, que se asienta, como antes, en las actitudes y sonidos glam-rock de los maestros de los años 70, T. Rex o David Bowie, y el jangle pop de los Smiths, con Johnny Marr como principal referencia para la guitarra de Butler, un fanático del grupo de Morrissey y compañía.




the tears critica review albumSu debut, “Here Come The Tears” (2005), está compuesto por una retahíla de canciones de cariz épico-sentimental, sofisticadas y pulidas en sus arreglos, con textos románticos que en sus peores momentos parecen ser escritos por un alumno enamorado de la extinta EGB por sus metáforas y simbolismos bastante baladíes.
Pero bueno, las piezas, generalmente baladas o medios tiempos, tienen cierto feeling a pesar de resultar formulistas y poco memorables.

La guitarra repicante de Butler reviste con profesionalidad pero sin excitación las historias de Anderson, siempre afectado a lo Bowie más artificioso en su expresión vocal, y el conjunto posee una envoltura taciturna pero optimista y relajada que rememora de manera bastante positiva y emocional ligazones pasionales de dependencia, evasiones de amantes o momentos “parejiles” marcados por la dicha y el gozo común.



Le falta al disco mayor viveza y carácter, y, sobre todo, temas sobresalientes, de esos que tras una primera escucha permanecen en la memoria y provocan durante largo tiempo una vuelta constante a los mismos para su goce y disfrute.

No obstante, algunas canciones resultan moderadamente satisfactorias, en especial:

“Refugees”
La guitarra ‘marriana’ de “Autograph”
“Beautiful Pain”
“Lovers” (con reminiscencias claras de Marc Bolan pero sin el glamour de éste)

Pero no hay ningún corte que tenga vocación de clásico, más bien de cara B de sus mejores temas, y que se eleve de su naturaleza pop de corte lijado y lujoso con letras anoréxicas sobre asuntos románticos con alguna línea risible, texturas recicladas de previos trabajos que palidecen ante sus influencias (T. Rex, Bowie, Smiths…), melodías sin gran inspiración y profusión de tempos lentos sin lograr atmósferas demasiado cautivadoras.