• Por Antonio Méndez

review velvet revolver libertad 2007 discosCrítica

Y después del contrabando llegó la libertad con producción de Brendan O’Brian.
Segundo álbum de los Velvet Revolver, el supergrupo que copula a los Guns N’ Roses con Wasted Youth y Stone Temple Pilots, un proyecto que festeja el rock de los 60 y 70 (Stones, Hendrix, Deep Purple, Black Sabbath o The Kinks) con retazos glam-rock (tanto del original T. Rex como del hard rock maquillado de KISS o los angelinos Poison o Motley Crue), grunge (Nirvana),y arena rock (tipo Foreigner o Styx), con rendiciones Beatles en voces y algún tramo lisérgico, y recuerdos a sus grupos de origen (principalmente Guns N’ Roses).

El disco comienza con energía con “Let It Roll”, pieza urgente, directa y sin complicaciones, rock jaranero que tanto se sirve de los riffs guitarreros más apremiantes de Black Sabbath como del punk para contar las virtudes físicas de una mujer de labios de caramelo y ojos ardientes.




“She Mine” posee una intensa sección rítmica con guitarras tan zumbantes como arañantes, intro de un tema hard-glam-rock de amor insano con notable desarrollo melódico y armonías psicodélicas a lo Beatles.

“Get Out Of The Door” toma de los KISS del “Deuce” con musculados riffs y voz sensual a lo Marc Bolan. Otro potente riff hard-rock destaca en “She Builds Quick Machines”, palpitante pieza que conjuga a los Deep Purple con los Bachman-Turner Overdrive.




Atemperan el tempo en “The Last Fight”, tema de metafóricas prisiones, regeneración y creencias, con ritmo inicial de marcha y pegadizas líneas guitarreras de Slash, quien se luce con el wah wah de “Pills, Demons And Etc”, una canción que eleva de nuevo el ritmo con destellos funk y machacante trabajo en las baquetas.

“American Man” presenta sonido de castañuelas, un himno-estribillo de fácil canto compartido, melodía insinuante con variantes rítmicas, notorio solo de guitarra y un potente bajo, mientras que “Mary Mary”, descripción de sexy moza con botas negras y largas piernas, recuerda demasiado en su pegadizo estribillo bubblegummero al “Little T & A” de los Rolling Stones. Es que son igualitos, calcados.

Sexo entre profesor y alumna de buen ver se manifiesta en “Just Sixteen”, vibrante pieza rock con guitarras apremiantes; “Can’t Get it Out of My Head” es una aceptable versión del clásico de la Electric Light Orchestra (ELO) de Jeff Lynne; y “For A Brother”, otra canción de rock melódico con estribillo-himno y pasajes psicodélicos que posee un riff muy similar al “You Really Got Me” de los Kinks.




“Spay”, arrollador hard-rock de contundentes guitarras y retumbantes ritmos, les encuentra con los Nirvana o los Soundgarden más inspirados por una de sus principales ascendencias: Black Sabbath.

El disco termina con “Gravedancer”, balada de base blues-rock y envolvente riff de rugiente wah wah que adorna musicalmente una historia sobre una bella bailarina; y con otra canción oculta, “Don’t Drop That Dime”, tema con piano que no quedaría mal en un disco de temas desechados del “Exile on Main Street” de los Stones, o en alguna cara b del grupo The Band.