• Por Javier Platas

weezer-pacific-dream-album-portadaCrítica

Últimamente se están mostrando muy prolíficos los Weezer en cuanto a la edición de discos. Y es que tan sólo un año después del magnífico “Weezer (The White Album)” (2016), la banda de Rivers Cuomo regresa con “Pacific Daydream”, un trabajo menor dentro de la trayectoria del conjunto angelino, aunque con algunos (pocos) momentos aprovechables derivados del innato talento melódico de su líder.

El undécimo álbum de los californianos presenta canciones como “Mexican Fender”, “Happy Hour”, “Sweet Mary” o la deliciosa “QB Blitz” que salvan al disco de la quema. El resto, incluido el homenaje a los “Beach Boys”, carecen de especial relevancia.

Las guitarras, la instantaneidad y frescura del mejor power pop que caracterizaban a su anterior publicación han perdido peso en favor de una producción sobrecargada en la que cobran protagonismo los sintetizadores, ‘loops’ y demás efectos sonoros sin personalidad ni singularidad alguna.

Merece una escucha y no es lo peor que han grabado los Weezer, pero desde luego tampoco se encuentra entre lo más destacado de su discografía.

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