• Por Antonio Méndez

black-mountain-destroyer-albumCrítica

Tras la marcha de Amber Webber, Joshua Wells o Matt Camirand, los canadienses Black Mountain, una interesante banda con influencias acid rock, psicodélicas, progresivas, hard rock, stoner rock… es básicamente el proyecto del dúo Stephen McBean y Jeremy Schmidt, ayudado en el álbum por Rachel Fannan, Arjan Miranda, Kid Millions, Adam Bulgasem o Kliph Scurlock.

El propio McBean, también cantante, produce este “Destroyer” en Jagjaguwar Records, con una portada diseñada por Schmidt.
Es un disco que, tras previos coqueteos folk, recupera el sonido abrasivo y ácido de sus mejores momentos, principalmente de “In The Future”.




“Future Shade” define un futuro aciago, sombrío… nadie estará esta noche para salvarte, libera el dolor de tu mente, espera que huyan los demonios… en una pieza hard rock progresiva de intenso ritmo, con distorsión, arreglos ricos en texturas.
Una mezcla entre los Thin Lizzy, Black Sabbath y Uriah Heep.

“Horns Arising” son siete minutos de acid rock en medio tiempo y ambiente espacial, con uso del vocoder y el mellotron.
… aislado en una pequeña isla del océano…
Tono apocalíptico con denso sonido e imaginería singular lisérgica…
… miles de caballos por el desierto, por el aire, los cuernos surgen en un lago de fuego…
Variantes de estilo, variantes de ritmo con arpegios acústicos.
Sonido ardiente, oscuro, al estilo de los primeros y mejores Black Sabbath.




black-mountain-destroyer-critica-review“Closer To The Edge” remacha el apocalipsis en un tema casi instrumental en el que solo se repite una frase.
… al límite, cerca del fin, del borde…
Es un tema corto, atmosférico.
Un space rock de envolventes sintetizadores con empleo también del E-bow.

…cementando el cielo, penetrando por las nubes, giro y miro abajo…
“High Rise”, entre la paranoia y el desconcierto.
… cerebro electrónico, reino de la demencia…
Es una canción psicoprogresiva de guitarras extraviadas, monótona percusión, efectos espaciales, gritos femeninos… into heaven…
Intensidad, cruce entre Hawkwind y el krautrock.




“Pretty Little Lazies” es un corte más limpio, con uso de armonías vocales y arreglos de cuerdas, toques folk pandereteros, mellotron.
… agita tu mente, temblores siento, salgo del espacio con la guitarra basura…
Es una canción en medio tiempo deudora de la psicodelia melódica de finales de los años 60, estilo Pink Floyd, Tomorrow, Kaleidoscope, con trazos también de Jefferson Airplane.

… dime de dónde vienes, cómo te llamas…
“Boogie Lover”, sugestivo corte de seis minutos, es una canción sexy, lisérgica, con voz soñolienta.
Elementos psicoprogresivos, funk, hard, con un buen riff a lo Tony Iommi de Black Sabbath, muro en distorsión, reverb.
Gran atmósfera.

“Licensed To Drive” se inicia de forma lenta, con punteos guitarreros y un tono a lo Pixies con trazos psicoespaciales.
Su desarrollo aviva el ritmo, urgente, metalero, pegadizo, sin perder bases prog-rock con sintetizadores y potente percusión.
Entre Hawkwind y los Blue Oyster Cult.

Termina “Destroyer” con la balada “FD’72”, un corte con expresión a lo Iggy Pop o Bowie.
… perdido dentro de tu sueño, los muertos están vivos, los mudos cantan…
Su mejor disco desde “In The Future”.

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