• Por Antonio Méndez

interpol-other-side-make-believe-albumCrítica

Deudores del atmosférico post-punk de los años 70 y 80, los neoyorquinos Interpol han graban discos interesantes con sonidos oscuros, melancólicos, en donde las guitarras, los ritmos, los tonos… remiten a Joy Division, a Television, a The Cure, a Echo & The Bunnymen

El trío ha contado en “In The Other Side Of Make-Believe” con la producción de Flood y Alan Moulder.

La densidad instrumental envolvente, angular, es una constante de sus temas.
Quizá las estructuras parezcan, en la primera escucha, un tanto monótonas. Después no tanto.
Tampoco las melodías es que permanezcan demasiado.




interpol-make-believe-critica-reviewSe abre con “Toni”, balada con deseos de victorias siendo fieles a uno mismo, a entender la dirección correcta, con el riff de piano de Daniel Kessler dominando la pieza y crescendos con contrapuntos vocales y armonías.

Más tempos lentos con “Fables”, con Kessler ahora punteando el riff de guitarra que deambula como guía angular de una espesa sonoridad con voces dobladas pidiendo hacer algo útil, algo estable, en una época en la que estamos en la mira del peligro perfecto.

El medio tiempo “Into The Night” remacha la oscuridad gótico-poética del grupo de Manhattan con Sam Fogarino destacando en la batería junto a la sinuosa línea guitarrera de Kessler, cruzando a Television con los primeros The Cure.



“Mr. Credit”.
Esta notable canción de críptico texto, en otro desarrollo en medio tiempo, tiene uno de los mejores riffs de Kessler y una estructura interesante en variantes.
Podrían grabarla los Wolf Parade.

Vuelve el piano en otra pieza lenta, “Something Changed”, con Paul Banks en laxitud, a la defensiva, sintiendo vergüenza, buscando, atrapado…
Gran atmósfera.
Estupenda canción.

Con la destacada “Renegade Hearts”, los Interpol vuelven a conceder protagonismo a las dinámicas baquetas de Fogerino con otro buen riff de Kessler, toques psicogarajeros y un pegadizo outro.

En “Passenger” hacen chispear la guitarra repicante en un corte lento con progreso post-punk/dream pop con una plausible interpretación vocal de Banks, frágil, medroso… sálvame, estoy en mi mente.




“Greenwich” tiene uno de los mejores estribillos y arreglos de guitarras del álbum.

Con el relleno “Gran Hotel” avivan el ritmo en un escapismo en la isla mexicana de Cozumel.
Escapismo y recuerdo.
El tiempo pasa despacio, relajado, pero te veo en todo.

“Big Shot City” tiene una atmósfera curiosa, post-punk con toques hispanos y la evocación extraña de un escenario de operación, de arboleda, de martín pescador.

Termina el disco con la pieza más corta del mismo, “Go Easy (Palermo)”, jangle psicopop con un sencillo y contagioso estribillo, con el usual y envolvente sonido del terceto.
Trae lo que quieras, no importa, pero trae algo.

Puntuación

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