• Por Antonio Méndez

of montreal hissing fauna are you the destroyerCrítica

Una divertida, enérgica y exuberante mezcla entre psicodelia, pop casero, el vodevil, el glam y el techno-pop es lo que ofertan of Montreal, un conjunto liderado por Kevin Barnes que aunque digan eso de “De Montreal”, son estadounidenses y de Athens, la ciudad georgiana de REM y los B-52’s.

No son unos novatos en disco, ya que este “Hissing Fauna, Are You The Destroyer?” es el octavo álbum de una prolífica trayectoria iniciada a finales de la década de los 90 y que en sus comienzos era mucho más deudora de los años 60.




Ahora emplean básicamente elementos e influencias sonoras de finales de los 70 y los 80 con el espíritu pop 60’s, en características lúdicas con arreglos de explosión colorista y estribillos ultrapegadizos que se dan cita en un animoso collage electro-pop que alea, con muy estimables textos, a los Flaming Lips con los Beach Boys, T. Rex, Scissor Sisters, Brian Eno/David Bowie, Beck, Kraftwerk y los brasileños 60’s Os Mutantes, a quienes han versionado en alguna que otra ocasión.

Algunos de los cortes del disco son “Heimdalsgate Like a Promethean Curse”, rítmico tema acid-dance-pop con afectada-teatral voz, un tramo de notable varianza melódica que recoge ecos de Brian Wilson, y letra sobre adicción a las drogas en la que Barnes afirma que está en crisis, que necesita ayuda y que la química no va a fastidiar su cerebro más; o “A Sentence of Sorts in Kongsvinger”, canción discotequera que en sus inicios parece una revisitación del “Love Is In The Air” de John Paul Young (tema con el que se forraron sus compositores, los ex Easybeats, George Young y Harry Vanda), y el añadido posterior de un juego vocal, estribillo suavecito-bailongo-inofensivo a lo Brotherhood of Man y un texto de recuerdos depresivos en Noruega, en donde afirma que se oscurecía escuchando a las bandas de black metal nórdicas.




“The Past Is A Grotesque Animal”, pieza de doce minutos en donde Kevin Barnes tanto se manifiesta también deudor de Kratfwerk como de Television, Pere Ubu o Devo, incluyendo asimismo la clásica referencia cultureta. Aquí afirma que se enamoró de la primera chica con la que podía hablar de George Bataille y discutir su libro “Historia Del Ojo”. Pues mira qué bien…

De lo mejor del álbum es “Gronlandic Edit”, con armonías vocales a lo Beatles del “Abbey Road” y juego vocales muy logrados. Idea un riff disco-funk muy contagioso para una atmósfera lisérgica, escéptica con todo y con una concatenación de divagaciones sobre dioses y apariencias varias, entre ellas el estrellato y la idolatría musical.

También es destacada “She’s a Rejector”, con respiraciones a lo Kraftwerk, y una expresión eléctrica guitarrera y excitación vocal con ciertas resonancias glameras de la pareja David Bowie/Mick Ronson filtradas “modernillamente” por los muestrarios danzables y aprovechables de los Franz Ferdinand.