• Por Antonio Méndez

surfer-blood-carefree-theater-albumsCrítica

Surfer Blood es una banda de Florida, con John Paul Pitts al frente, sin más pretensión que crear melodías pop pegadizas, luminosas, con buen uso de armonías vocales y sentido del ritmo. Lo consiguen.

Menos de dos minutos dura “Dessert Island”, con Pitts como náufrago quemado por el sol haciendo distorsión de guitarra en una melodía power pop.
Entre Weezer y los Pixies.




surfer-blood-critica-2020-carefree-theater“Karen” es una repetitiva y adictiva pieza bubblegum pop con ritmo rápido, urgente… Karen canta en la ducha, rasgue la guitarra… Estampas triviales en un cruce entre los 60s Ohio Express y los 70s Ramones.

“Carefree Theater” titula el álbum.
Es un medio tiempo con dinamismo en la sección rítmica y sensibilidad pop en un progreso melódico beneficiado por la dulce, frágil voz de John Paul… perdonar es fácil, olvidar difícil.

… después de la tragedia amanece un nuevo día… No hay mal que dure. ¿o sí? En “Parkland (Into The Silence)” crean un muy agradable guitarreo de garaje sunshine pop al estilo de otra banda infravalorada, los Real Estate.




En “In The Tempest’s Eye” los arreglos son más ambiciosos, con Pitt muy melódico con la voz como otro instrumento pop.
Ritmo sincopado y cruce de estilos en tono de cierta paranoia bien compactado, psicodelia, surf, power pop… ecos del “Revolver” de los Beatles, de los Pixies.
Buen corte.

surfer-blood-canciones-carefree-theaterEl tempo se atempera en “In My Mind”, una gema melódica, dulzona, con buen trato vocal, que nos lleva al beat de 1964 o 1965, a los Herman’s Hermits.

Fresco ritmo el de “Unconditional”, pop con órgano, estupendas voces, jubiloso guitarreo… no hay nada perfecto en este mundo, ¿Para qué preocuparnos?…

El sunshine surf pop “Summer Trope” es atmosférico, en tono de melancolía con un preso anhelando los días de verano.
Gran melodía con buen aporte vocal.




El “Easy Rider” de Dennis Hopper convertido en “Uneasy Rider” de los Surfer Blood en esta pieza con las gratas constantes del grupo, voces dulces, armonías, mimo melódico.

“Dewar” es una delicada balada que podría sonar en el repertorio de una banda 60s, voces a lo Peter & Gordon, a lo Chad & Jeremy. Al igual que “Rose Bowl”, con arpegios folk estilo Paul Simon y un desarrollo en tono templado con outro de órgano.
Melodía como medio y como fin.

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