• Por Javier Platas

the sword high country albumCrítica

En “High Country”, quinta entrega en estudio de los texanos The Sword, se evidencia un alejamiento de la propuesta más metalera de sus anteriores discos para hacer sonar un hard rock clásico con buenas dosis de stoner rock, algún flirteo psicodélico e incluso pasajes cercanos al blues rock.

El disco se abre con “Unicorn Farm”, un corto e insulso instrumental a modo de intro con empleo de sintetizadores.

“Empty Temples” es uno de los temas más destacados. Hard rock de contundente sonido, aroma psicodélico y un gran trabajo guitarrero con inspirados riffs. Se aprecia una clara influencia de Deep Purple.

El tema homónimo se abre paso con un pegadizo riff que preludia un desarrollo stoner rock con guitarras a todo trapo, ritmos pesados y variantes melódicas con poso ácido.

“Tears Like Diamonds” es sin duda la mejor canción del álbum. Temazo con riffs a lo Black Sabbath, buen empleo de los teclados y un magnífico estribillo que rápidamente se incrusta en tu cerebro.

Continúa el disco con “Mist And Shadow”, otro sensacional corte también en la línea de Black Sabbath. Presenta una atmósfera enigmática y alterna estrofas de tempo tranquilo con riffs poderosos e imaginativos que tanto recuerdan a los Sabbath como a Thin Lizzy.

“Agartha” es otro breve instrumental de puro relleno colocado a mitad del disco a modo de interludio y que precede a “Seriously Mysterious”, uno de los momentos más flojos del álbum. Sintetizadores y caja de ritmos para un tema bastante olvidable.

El tercer instrumental de “High Country” llega con “Suffer No Fools”, notable concatenación de riffs metaleros ejecutados con brío y velocidad.

El hard rock setentero de herencia sabbathiana con ritmos pesados y fornidos riffs vuelve a manifestarse en “Early Snow”, estupenda composición a la que se añade una agradecida sección de viento en su tramo final.

the-sword-grupo-texas“The Dreamthieves” a pesar de un plausible trabajo guitarrero no termina de enganchar, quedándose en un tema del montón en su mezcla entre hard y stoner rock.

El disco vuelve a elevarse a un gran nivel en la fantástica “Buzzards”, trallazo stoner muy del estilo de los diferentes proyectos de Josh Homme (Kyuss, Queens Of The Stone Age…).

Se calman con el cuarto y último instrumental del álbum, “Silver Petals”, bonita pieza acústica antesala del clásico y poderoso riff inicial de “Ghost Eye”, temazo hardrockero de sabor clásico en el que vuelven a estar presentes las huellas de maestros como Black Sabbath, Deep Purple o Thin Lizzy.

La recta final la protagonizan dos cortes bien distintos. El primero es un vulgar tema lento llamado “Turned To Dust” y la guinda con buen sabor de boca “The Bees Of Spring”, magnífica composición con una parte inicial de puro blues rock que puede recordar a gente como John Mayall, Cream o los primeros Ten Years After y un final de contundente y acelerado rock con dinámico riff zeppeliano y una potente sección rítmica.

Así se pone punto y final a un disco irregular, con altibajos pero también con poderosos argumentos para disfrutarlo en su justa medida.

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